Desde hace décadas son muchas las multinacionales que permiten a sus empleados disfrutar de las ventajas de trabajar desde casa. Y más en casos como la situación generada por el coronavirus, que obligan a adaptarse a ello.
Según un estudio de Randstad, el 70% de los trabajadores querrían hacer teletrabajo pero sus empresas no les dejan. Aún así y con los datos en la mano, otro estudio de Adecco cifra en 1,43 millones las personas que en 2018 teletrabajaron. A día de hoy, el porcentaje es muy superior ya que grandes y pequeñas empresas han optado por esta modalidad tras la situación sobrevenida.
En cualquier caso, los expertos no dejan de recordar que teletrabajar no es ningún ‘premio’. Pocos empresarios conocen realmente las ventajas de trabajar desde casa. Y no solo para sus empleados. Claro que también, aunque no lo parezca, tiene sus desventajas. ¿Hacia dónde se inclinará la balanza?
El teletrabajo no es una opción perfecta, pero permite a algunas personas conciliara mejor su vida personal y profesional. Sobre todo en grandes urbes donde los desplazamientos consumen gran tiempo. Pero también es una opción para aquellas empresas con varias ubicaciones ya que pueden comunicarse con mayor facilidad.
Trabajar desde casa nos permite compaginar mejor la vida laboral y la personal debido a una cuestión de ahorro del tiempo en el desplazamiento y una mayor flexibilidad horaria.
Cuando salimos del entorno laboral, en ocasiones contaminado con excesivas e innecesarias reuniones y tareas multitasking, somos más eficientes y rendimos mejor
No todas las empresas que permiten el teletrabajo tienen un horario fijo, muchas de ellas marcan objetivos semanales o diarios para que la persona se distribuya el tiempo según su criterio y por ende sea más productiva. Consecuencia que se convierte en una ventaja.
Está demostrado que cuando salimos del entorno laboral, en ocasiones contaminado con excesivas e innecesarias reuniones y tareas multitasking, somos más eficientes y rendimos mejor. El incremento de la productividad laboral se ve auspiciado por una mayor autonomía para desempeñar las diferentes tareas y procesos que requieren nuestro trabajo.
Depende de donde vivamos y donde trabajemos podemos llegar a ahorrarnos en desplazamientos entre el 5 y el 15% de nuestro salario mensual.
Estar en casa nos da acceso a un entorno menos rígido, con menos tensión y más amigable ya que es nuestro entorno, lo que indudablemente nos lleva a una disminución del estrés laboral. Al tener más autonomía reducimos nuestro estrés.
Al trabajar en casa no llegamos a distinguir muy bien nuestra vida laboral de la personal, lo que puede ocasionar que acabemos trabajando más horas.
Las relaciones laborales fomentan nuestra creatividad, mejoran la comunicación y podemos llegar a estrechar grandes y duraderos lazos de amistad
En el caso de no tener un horario fijo de teletrabajo la situación empeora, ya que la distribución del tiempo puede “mezclarse” y llegar a trabajar hasta en días festivos. La distracción es un aspecto a tener en cuenta ya que cuando no se está solo en casa es fácil distraerse y acabar dejando tareas pendientes de nuestro trabajo.
Está claro que quizá sea uno de los puntos menos atractivos del teletrabajo, pues aunque pensemos que no son necesarias, las relaciones laborales fomentan nuestra creatividad, mejoran la comunicación y podemos llegar a estrechar grandes y duraderos lazos de amistad.
Hay personas poco activas que con el teletrabajo pueden ver agravada su situación, pues si ya les cuesta salir de casa y socializarse, esto puede llegar a ser una razón más para aislarse. Cuando trabajamos desde casa es más complicado establecer límites.
Para conseguir con éxito una adecuada productividad y eficiencia en el trabajo que realizamos desde casa, es necesario establecer una disciplina y una serie de rutinas que nos alejen de distracciones habituales.
En resumen, el teletrabajo tiene muchas ventajas pero también inconvenientes. Ahora bien, cada uno sopesa según su situación profesional y personal.
Cada vez más las empresas están modificando sus metodologías y sistemas de trabajo, pero hay una cuestión que debe recibir especial atención y tratarse bilateralmente: la confianza empresa-empleado.
Ahí reside la esencia del trabajo a distancia.