Las nuevas formas de trabajar y de organizarse exigen una redefinición del espacio de trabajo. Un espacio que responda a tu modelo de trabajo, que represente el punto de encuentro de los empleados, donde se conecten los equipos y se fomente un ambiente de confianza y colaboración colectiva e individual.
De hecho, el 95% de los directivos considera clave adaptarse a los modelos emergentes de trabajo como motor de impulso de la nueva era.