Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ansiedad y la depresión suponen la principal causa de discapacidad laboral en el mundo.
La pandemia nos ha hecho ser más conscientes de la importancia de los factores contextuales y su impacto en todas las áreas importantes de la persona (familiar, laboral, interpersonal, de salud física y mental, etc.)
La adaptación a los cambios, a las situaciones novedosas o inciertas, se realizará con mayor o menor éxito en función de cómo las personas interpreten los eventos, según cómo se sientan y también en función de su propia personalidad. Este fenómeno es el mismo en el funcionamiento de las organizaciones.
Los consumidores hoy ya no siguen los mismos patrones y las relaciones personales y profesionales se guían por nuevos modelos en los que la negociación y la gestión de conflictos cobran mayor importancia.
Por ello, las organizaciones tienen que realizar un esfuerzo para adaptarse a las nuevas condiciones de vida y ser conscientes de que las necesidades y expectativas de los equipos de trabajo y de sus líderes no son las mismas.