Tras varios meses conviviendo con el virus, nos hemos dado cuenta de que nuestro modo de vivir y de relacionarnos tanto en el trabajo como fuera ha cambiado, quizás para siempre. Y es que una vez bien adentrados la llamada “nueva normalidad” podemos observar varios efectos de la pandemia en la sociedad y las empresas. Uno de ellos es que el consumidor ha dejado de ser el mismo y ha cambiado sus hábitos de consumo.
En este escenario adverso, las organizaciones deben llevar a cabo cambios transversales que sirvan para adaptar el negocio a los nuevos comportamientos de los usuarios. Unos cambios que, en muchos casos, tan sólo se han visto adelantados, pues son reflejo de tendencias que ya llevábamos tiempo observando.
Uno de los departamentos que con mayor celeridad ha tenido que reinventarse es el de Marketing & Comercial, que debe lidiar con un entorno cambiante en el que las nuevas necesidades de los consumidores varían constantemente. Pero, ¿cómo fidelizar y atraer clientes en la nueva economía de bajo contacto? De la respuesta a esta pregunta depende en gran parte la recuperación del consumo de las familias y, por extensión, de la economía española.