Una empresa puede tener un valor distinto para agentes distintos. Si una empresa quiere entrar en un mercado puede hacerlo creciendo de forma orgánica o adquiriendo otra empresa ya instalada en el mismo, en este caso el valor para el comprador estaría en relación con sus costes de entrada en ese mercado y el tiempo en consolidar su presencia. Otros casos pueden ser los de separación de socios, adquisición de participaciones minoritarias, formación de sociedades conjuntas, y un largo etcétera.
Toda empresa necesita tener sensatez y conocimientos técnicos para no perder de vista : ¿qué se está haciendo?, ¿porqué se está haciendo la valoración de determinada manera? y ¿para qué y para quién se está haciendo la valoración?
Casi todos los errores en valoración se deben a no contestar adecuadamente a alguna de estas preguntas, esto es, a falta de conocimientos o a falta de sensatez (o a la falta de ambos).
Existen distintos métodos de valoración de empresas, y por lo tanto, en función de quien y para que se realice la valoración, se podrá adoptar una u otra metodología.
En esta sesión, analizaremos los métodos de valoración existentes, con énfasis en cómo identificar los procesos, negocios, proyectos o sistemas de gestión que maximizan el valor de la empresa.