La aparición de grandes plataformas de comercio electrónico dirigidas a particulares es solo la punta del iceberg. En unos años, la compra online entre empresas crecerá tanto que los consumidores finales apenas representarán una pequeña parte de este ingente mercado. Así lo vaticinan expertos de todo el mundo, convencidos de que para 2019, solo en Estados Unidos, el comercio electrónico B2B (business to business) superará el billón de euros frente a los poco más de 450.000 millones del B2C (business to consumer).
Dentro de este mercado, el sector industrial jugará un papel protagonista gracias a la función estratégica ecommerce como uno de los pilares fundamentales de la nueva industria digital 4.0. Adaptarse a este nuevo entorno supone desafío inédito para muchas de estas compañías, que ven sin embargo en el B2C un espejo en el que mirarse.
No en vano, la mayoría de las conductas estudiadas en los compradores particulares son aplicables y extensibles a las organizaciones. Un extremo que confirma la importancia de aspectos más que consolidados en entornos B2C, como la experiencia de compra o la experiencia de usuario, en las transacciones comerciales entre empresas.
Rotar hacia el B2B online también está suponiendo importantes avances para las empresas que más tiempo llevan instaladas en este proceso de transformación, entendidos todos ellos desde el punto de vista de las nuevas tecnologías digitales.
Herramientas como el Big Data, la facilidad para acceder a ofertas personalizadas o la mejor administración de las necesidades de aprovisionamiento, son solo algunas de las nuevas posibilidades a su alcance.