La inserción laboral de talento con discapacidad en las organizaciones es un factor clave de innovación y competitividad que aporta ventajas más allá de los resultados financieros. En España, aún queda mucho camino por recorrer para alcanzar una plena integración de este segmento poblacional, pero en los últimos años se han hecho avances importantes en materia legislativa que ahora deben consolidarse.
El impacto en la inclusión social depende en buena medida de las características y las condiciones de la inserción laboral. Los ámbitos con potencial efecto sobre esta área oscilan desde la accesibilidad y adaptación de los puestos de trabajo, el desarrollo personal y profesional, el bienestar y la conciliación, el entorno y la cultura corporativa. En España, la Ley General de derechos de las personas con discapacidad (antigua ley LISMI) es la que impulsa la contratación y la permanencia en los puestos de trabajo de este segmento poblacional.
Es importante concienciar a las empresas para que apuesten por la inserción sociolaboral de las personas con diversidad funcional, con el objetivo de generar un impacto positivo tanto en el bienestar de las personas como en la propia organización. Las empresas que contratan talento diverso reportan ventajas como y en general la mejora y creación de nuevos productos y servicios con la mejora del clima laboral, el incremento de la productividad o la atracción de talento comprometido.