La integración de criterios ambientales, sociales y de gobernanza -ESG- en la estrategia empresarial configuran una importante palanca de impulso para asegurar la viabilidad futura del negocio. Factores como la igualdad o la diversidad, una actividad responsable con el medio ambiente o la transparencia el seno de los consejos de administración, son conceptos que cada vez tienen más repercusión positiva en la actividad, reputación y resultados de una empresa.
En España, la normativa vigente en materia de información no financiera y diversidad obliga a las empresas de más de 250 trabajadores a dar reporte periódicamente sobre el estado de las políticas implantadas en materia de sostenibilidad o igualdad, impulsando así los niveles de transparencia sobre los resultados obtenidos derivados de la implantación de criterios ESG.
Para lograr una integración efectiva de las cuestiones ESG, el primer paso es analizar y comprender el punto de partida. El cambio se ha de liderar desde la alta dirección y debe poner el foco en asuntos estratégicos que aseguren la sostenibilidad a medio y largo plazo. Las compañías que sepan abordar los retos que plantea el nuevo escenario empresarial serán aquellas con mayor probabilidad de liderar la economía del futuro.