La penetración y la importancia de los consejos asesores en la realidad empresarial española han ido creciendo de forma constante gracias a los beneficios que este tipo de órganos ofrecen a las organizaciones. Su naturaleza independiente, ajena a los consejos de administración, no solo evita conflictos de interés con los máximos órganos de gobierno, sino que permite además que sus recomendaciones, específicas, informadas y no vinculantes, sean tenidas en cuenta por su visión objetiva y centrada especialmente en la aportación de experiencia directa.
Desde el punto de vista de los consejeros asesores, según varios expertos, este papel ofrece además interesantes alicientes para los ejecutivos por las menores responsabilidades y riesgos que implica con respecto a un puesto en el consejo de administración, al tiempo que reporta los mismos niveles de prestigio profesional.
En función de la finalidad que persiga la creación de un consejo asesor, es posible clasificar estos órganos como consultivos cuando están especializados en dar apoyo general a los consejos de administración; técnicos, cuando el foco de su actividad pasa por dar respuesta a temas concretos; reputacionales si su función está relacionada con la imagen externa de la organización y facilitadores cuando apuntan a la generación de relaciones externas de interés para la compañía.