Las próximas décadas marcarán el devenir del futuro energético no sólo en nuestro país, sino en toda Europa. Se presenta ante nosotros un escenario de múltiples cambios derivados de la descarbonización, la electrificación masiva de la demanda y el respeto a los criterios de sostenibilidad.
La lucha contra el cambio climático es uno de los principales retos que se han marcado la sociedad, las instituciones y las empresas. En ese sentido, el Plan Estratégico de Desarrollo Energético de Castilla-La Mancha, Horizonte 2030, tiene como objetivo la consecución de un modelo energético sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Una apuesta por aprovechar los potenciales recursos energéticos existentes en la región, poniendo las bases para la descarbonización de la economía regional a 2050.
En este escenario, será vital poner el foco en el impulso de la eficiencia con el fin de reducir el consumo energético. Algunos de los sectores más relevantes de Castilla-La Mancha, como la agroindustria, la logística o el transporte, deberán avanzar hacia la descarbonización como elemento fundamental en la lucha contra el cambio climático. Una transición energética ordenada ofrecerá oportunidades de crecimiento y beneficios duraderos más allá de la propia reducción de emisiones que deriven en un incremento de la competitividad de las organizaciones.