En plena era de transformación hacia un nuevo entorno laboral más global y colaborativo emergen lógicas organizacionales sometidas a una gran velocidad de cambio. En este escenario el talento diferencial y una mentalidad flexible y resiliente son clave para sentar las bases de un nuevo ecosistema.
Flexibilidad, agilidad y constante adaptación son los principios fundamentales de las organizaciones líquidas. Este nuevo concepto, que expresa la capacidad de la compañía para adaptarse a los matices del entorno que le rodea, trae consigo. nuevas formas de trabajar que flexibilizan la asignación de responsabilidades, la cooperación transversal, el trabajo por proyectos o la aplicación de metodologías agile.
OBJETIVOS:
–Juzgar la aplicabilidad de nuevas formas de trabajar que multiplican la cooperación transversal y la capacidad de innovar y adaptarse a contextos de negocio cambiantes.
–Entender las palancas de gestión que fomentan las nuevas formas de trabajar.
–Profundizar en las políticas de gestión de personas que habilitan la flexibilidad y la liquidez organizativa.
–Valorar una posible hoja de ruta para alcanzar el grado de liquidez que se necesita para sostener la competitividad del negocio.