La política retributiva es una de las herramientas de gestión estratégica más importantes de una empresa, suele ser un tema tabú e incómodo de hablar y tratar, pero su adecuado manejo permite afrontar los costos empresariales derivados de ella, en consonancia con el sector, la competencia y las situaciones económicas.
Uno de los aspectos más delicados en la gestión de recursos humanos es el que se refiere a la fijación de las percepciones que van a recibir los trabajadores a cambio de la labor que desarrollan en la empresa, es decir, la política retributiva.
No en vano, la principal fuente de ingresos de la gran mayoría de ellos procede del salario.
Por tanto, su fijación constituye un asunto de suma importancia para los trabajadores.
Por otra parte, los costes salariales representan un porcentaje importante de los costes totales de una empresa, lo que pone de manifiesto la relación tan estrecha que existe entre la cifra de beneficios y la política retributiva que se aplique.
Además, no debemos olvidar la relación existente entre retribución y motivación.
El papel motivador del dinero es esencial para cualquier empresa, por lo que se trata de un instrumento que hay que manejar con suma prudencia, sin olvidar que una vez cubiertas las necesidades básicas de los trabajadores, y tras acostumbrarse a salarios altos, una subida de sueldo podría perder la eficacia motivadora que persigue.
Entonces, si no es a través del dinero; ¿qué otras políticas retributivas pueden incentivar la motivación y mejorar la productividad? Descúbrelas el próximo 23 de febrero.