Las nuevas tecnologías han proliferado en forma de múltiples herramientas de gran impacto para las empresas, catalizando la transformación de los modelos de negocio y la reconfiguración de los procesos, así como la creación de entornos relacionales con el cliente mucho más específicos y marcos de trabajo que se alejan a gran velocidad de los esquemas más tradicionales.
La gran velocidad a la que se produce la integración y asimilación de todas estas herramientas disruptivas en los mercados está generando importantes movimientos en los equilibrios que hasta ahora parecían inmutables, aflorando oportunidades ocultas y multiplicando los riesgos de obsolescencia.
Para poder gestionar con solvencia la incorporación de las nuevas tecnologías en la empresa no solo es preciso conocer sus características, sino entender sus rangos de aplicación práctica y disponer de la capacidad de liderazgo suficiente para conectar con los empleados y guiarlos con éxito en la puesta en marcha de proyectos específicos.