Herramientas como la inteligencia artificial y la robotización están transformando a gran velocidad la forma de trabajar en las compañías. En España se estima que para 2020 se crearán más de un millón de empleos intensivos en habilidades digitales, de manera que serán los trabajadores que cuenten con estas capacidades los que marcarán la diferencia entre las empresas de más éxito.
En plena era de la digitalización los espacios de trabajo también adquieren un papel protagonista como potenciadores del talento y la innovación. A través de ellos, las organizaciones pueden crear ecosistemas donde la colaboración y el trasvase de conocimiento fluyen de manera natural. El resultado son empresas mucho más ágiles con una capacidad diferencial para adaptarse a los paradigmas del mercado.
Este nuevo escenario requiere un marco jurídico aún por perfilar. El futuro del trabajo no solo asienta sus cimientos sobre la revolución tecnológica, debe estar construido en torno a la ética y los sostenibilidad del sistema. El 92% de las empresas en España considera prioritario sensibilizar a sus tecnólogos en cuestiones de ética y el 63% cuenta con equipos de expertos que revisan el buen uso de la inteligencia artificial, incluso algunas organizaciones ya están comenzando a formar a las personas que a su vez están formando a las máquinas.