El trabajo de la ONU en el ámbito de la empresa y los Derechos Humanos, impulsado por la Subcomisión de Derechos Humanos, se ha traducido en la publicación de importantes principios rectores que son ampliamente reconocidos por países de todo el mundo e instituciones supranacionales como la Unión Europea.
Dentro de este nuevo marco de actuación cobran especial relevancia aspectos relacionados con la igualdad y la diversidad. Materias que es preciso integrar dentro de las estrategias empresariales con el propósito de fortalecer la ventaja competitiva de las organizaciones españolas en el mercado global. Dichos principios rectores emergen como un estándar internacional de referencia para la gestión del riesgo derivado de la incorrecta aplicación de los Derechos Humanos en las empresas, tanto desde el punto de vista de las actividades que desempeñan como de sus estructuras internas.
España, según los últimos estudios publicados por Bruselas, se encuentra muy alejada de los primeros puestos en materia de igualdad empresarial con importantes desequilibrios que es preciso corregir. En este sentido, el PIB nacional podría incrementarse hasta un 12% en 2050 si la aplicación de las políticas de igualdad se produjera en toda su extensión, tal y como ha reconocido en un informe reciente el Instituto Europeo de Igualdad de Género.