Especial Xacobeo
Nacido y formado en A Coruña, desde el 1 de julio Eduardo Dávila es Presidente Ejecutivo para España, Europa y Oriente Medio de Aon. Sin duda, un claro ejemplo de ‘directivo gallego de éxito por el mundo’ que en la presente entrevista nos da su particular visión sobre cómo el tejido empresarial ‘da sua terra’ está afrontando con decisión y valentía el punto de inflexión en el camino hacia la nueva economía.
Obviamente, un orgullo y una satisfacción, pero no solo por lo que me concierne a mí personalmente, sino porque demuestra que en España tenemos mucho talento que cada vez se va haciendo más relevante e influyente en las grandes multinacionales de todo el mundo.
¡Un gallego siempre ejerce de embajador de su tierra! Y si te fijas, te vas a encontrar a gallegos en los lugares más insospechados del mundo y siempre hablando “da sua terra”. Creo que a nadie se le escapa que la evolución del tejido empresarial gallego en los últimos años ha sido exponencial; obviamente tenemos los buques insignia que todos conocemos pero, además de eso, se está generando un tejido de empresas innovadoras, de un tamaño menor, con vocación internacional que están siendo motor del cambio de la economía gallega. Eso a su vez redunda en que nuestros jóvenes gallegos tienen y tendrán la oportunidad de incorporarse (con la debida formación) a proyectos realmente transformadores y con futuro que nacen aquí, en Galicia.
Creo que el estilo innato gallego -emprendedor, valiente para el trabajo, con curiosidad e interés por descubrir cosas nuevas-, aporta a cualquier empresa u organización. En la otra dirección, la empresa es clave para Galicia en todos los sentidos, por lo que supone para nuestra economía y empleo, para nuestra educación; es importante que el tejido empresarial cada vez esté más cerca también de la educación y formación para generar ese talento que es clave para el crecimiento de Galicia.
En cualquier crisis se aprende, todos aprendemos, porque por mucho que te hayas preparado, la realidad siempre es distinta. En este caso, además, esta crisis fue totalmente atípica e inesperada. Indudablemente hay gente que tiene un don natural para gestionar momentos de mucha presión, pero la experiencia y los aprendizajes previos son fundamentales. En Aon teníamos un modelo de trabajo llamado “Smart Working” que ya permitía compatibilizar el trabajo desde casa con el presencial, con lo cual la organización se adaptó de forma muy rápida y efectiva, y en 24 horas tuvimos a la totalidad de nuestra plantilla operando desde casa, pudiendo dar el servicio y apoyo a nuestros clientes con total normalidad a la vez que preservamos la salud de nuestros colaboradores. Cierto es que nuestro sector se presta más a este modelo de trabajo que otras industrias.
Indudablemente si uno quiere conseguir metas ambiciosas hay que asumir riesgos de todo tipo, aunque irónicamente nuestro negocio es asesorar a nuestros clientes para reducirlos. Pero innovar es arriesgar, captar nuevo talento es arriesgar, cambiar estructuras y modelos es arriesgar, y esto para mí son elementos clave en cualquier organización e indudablemente son riesgos que tengo que asumir para tener éxito en los nuevos retos que se nos presentan como organización.
Creo que la resiliencia es una consecuencia, entre otras cosas, de la colaboración y la flexibilidad; sin esos dos elementos no hay resiliencia. Para liderar la nueva economía no es ningún secreto que son claves la innovación, la sostenibilidad, la diversidad e inclusión, la transparencia y nuestro compromiso con la sociedad que nos rodea. Hoy en día las grandes organizaciones, en esta nueva economía, estamos siendo valoradas no solo por nuestros resultados financieros, sino por otra serie de elementos que he comentado antes y que son ya parte integral del rendimiento una empresa. Todos estos son ingredientes fundamentales para la buena “cocina” empresarial, y los gallegos de cocinar, sabemos.