“El mundo está en las manos de la gente capaz de ver las transformaciones del presente”. Es una frase de Paulo Coelho con la que creo que pocas personas pueden discrepar. ¡Pero cuánto cuesta verlas en muchas ocasiones!
Desde que entró en vigor el estado de alarma el pasado 14 de marzo miles de empresas españolas se vieron obligadas a cambiar su forma de operar, entre otras cosas porque tuvieron que realizar a distancia actividades que habitualmente se hacían en la oficina. Hay que reconocer que los primeros días fueron complicados y todos vivimos bastante desconcierto, pero que tras esos momentos iniciales la actividad se ha llevado a cabo de forma razonablemente normal.
Lo lógico es que de la experiencia vivida hayamos aprendido que no hay que tener miedo al cambio y que transformarse es posible solo requiere decisión
Hemos tenido que sufrir una terrible pandemia para aplicar soluciones innovadoras y en solo en unos días, dar pasos de gigante que muchas empresas llevaban años planteándose y no se decidían a ejecutar. Sirva como ejemplo el teletrabajo, algo natural para quienes lo teníamos implantado en nuestras organizaciones, pero no tanto para la gran mayoría de las empresas.
Pero lo mismo va a ocurrir con otros aspectos de los que se lleva años hablando y parece que no acaban de salir de la fase experimental. Me estoy refiriendo, por ejemplo, al diseño de las infraestructuras de las ciudades, al desarrollo de las comunicaciones o a la descarbonización.
Tras la pandemia, la protección de la salud va a ocupar un lugar primordial tanto en las decisiones que tomen las administraciones públicas como las empresas. Y la innovación y la digitalización serán sus aliados para realizar la transformación, de ahí la enorme importancia del desarrollo del 5G, que permitirá no solo mayor rapidez en las comunicaciones, sino realizar muchas operaciones industriales en la distancia, con un menor coste y sin retardo. Todo ello obligará a un cambio de cultura que, en el caso de las empresas, debe partir de la cúspide.
Tras la pandemia, la protección de la salud va a ocupar un lugar primordial en las decisiones, y la innovación y la digitalización serán sus aliados para realizar la transformación
Tenemos que ser los CEO y los equipos directivos de las empresas quienes lo impulsemos. Si nosotros no estamos convencidos de la necesidad de los cambios, es muy difícil que se implanten naturalmente en el resto de la compañía.
¿Seremos capaces de ver esas transformaciones del presente de las que habla Coelho tras la crisis del COVID-19 y, sobre todo, de continuarlas desarrollando en las operaciones de las empresas? Lo lógico es que de la experiencia vivida hayamos aprendido que no hay que tener miedo al cambio y que transformarse es posible solo requiere decisión.
