Sostenibilidad is the new usual
¿Qué factores ‘motivantes’ pueden llevar a una empresa a apostar por la sostenibilidad? ¿Cómo lograr una transformación sostenible exitosa? Entrevistamos a Alexander Boto, Director General de Ihobe, la Sociedad Púbica de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco, quien destaca que “apostar por medidas de economía circular permite ahorrar en materiales y es por tanto una estrategia ganadora para todas las empresas”.
La mitigación del cambio climático supone apostar, por un lado, por mejorar en eficiencia energética y las renovables y, por otro, por la economía circular. Son dos caras de la misma moneda. Ambas están integradas en el Pacto Verde que aglutina los nuevos instrumentos diseñados por la UE para afrontar esta transición ecológica. Respecto a cómo abordarlo, el secreto está en que cada empresa acierte en su apuesta. Y eso depende de lo que llamamos sus “factores motivantes”. Si eres una gran empresa, cobra relevancia el posicionamiento en la taxonomía verde y el reconocimiento externo, especialmente cuando influye directamente en la cotización de las empresas, como el Dow Jones Index Sostenible o el CDP. Cuando hablamos de pymes, destaca la respuesta a los sistemas de evaluación de proveedores centralizados en plataformas como Ecovadis o Nqc.
Otro gran factor motivante es el creciente coste de las materias primas que, sumado a las dificultades actuales de suministro, supone una amenaza para nuestro tejido industrial. En Euskadi, las materias primas suponen cerca del 60% de los costes productivos y tenemos una alta dependencia del exterior, luego apostar por medidas de economía circular permite ahorrar en materiales y es por tanto una estrategia ganadora para todas las empresas.
Desde el Basque Circular Hub -el centro de servicios avanzados en economía circular que se ubica en Bilbao-, estamos vigilando los nuevos instrumentos verdes que la CE pone en marcha y el impacto que prevemos sobre nuestro sector empresarial. La recién aprobada Iniciativa de Producto Sostenible, con la introducción del pasaporte digital de producto y la ampliación de la regulación de ecodiseño; la nueva regulación de mejores técnicas disponibles, prevista para este mayo; el establecimiento de requisitos de Compra Pública Verde; la extensión de la Responsabilidad Ampliada del Productor; una regulación ambiental más exigente para las sustancias químicas… son algunas de las directrices europeas que marcan el camino, pero las implicaciones reales de estos instrumentos no las visualizaremos en el mercado hasta dentro de 5-10 años. Toda empresa tiene que prepararse ante estos cambios.
Conseguir resultados de mejora y demostrarlo de modo riguroso e independiente. Y ponerlo en valor, claro. No hay lugar para el greenwashing al ser un factor de riesgo empresarial. Adicionalmente, recordamos que ecodiseñar los productos y servicios es la estrategia de mayor coste-efectividad. Es el modo más sencillo de desmaterializar la economía reduciendo la huella ambiental de la empresa. Esto, que suena tan difícil, ya lo estamos aplicando en más de 300 empresas vascas, en diferentes alianzas público-privadas que estamos impulsando desde el Gobierno Vasco, como el programa PYME Circular Euskadi, que busca acompañar a 500 pequeñas y medianas empresas en su transición hacia la economía circular hasta el año 2024; o el Basque Ecodesign Center, una alianza entre el Departamento de Desarrollo económico, sostenibilidad y medio ambiente del Gobierno Vasco y 16 grandes empresas vascas para traccionar sus cadenas de valor, única en el Sur de Europa y con una década de trabajo a sus espaldas.
La respuesta es sí. Tras haber impulsado más de 200 proyectos industriales en diferentes programas de ecoinnovación en Euskadi, hemos evidenciado que gran cantidad de empresas tienen dificultades con los actuales modelos de negocio. Es un aspecto crítico, puesto que requiere de interacciones con otras cadenas de valor desconocidas para esas empresas. La cultura de abordar la sostenibilidad desde la oportunidad de incrementar el margen bruto del negocio es aún limitada. La apuesta por la durabilidad de productos y equipos aún complica más la ecuación. A mayor durabilidad, menos ventas, lo que requiere una apuesta por la servitización que, a su vez, demanda un cambio radical del modelo de negocio. Este cambio, que necesita altas dosis de digitalización, conlleva riesgos y demanda de financiación de difícil acceso cuando se apuesta por el “pago por uso”. Aquí está otro de los grandes retos.
No hay fórmulas mágicas. Cada cadena de valor tiene una dinámica diferenciada. Recomiendo, aunque sea especialmente difícil en este entorno de incertidumbre, anticiparse con una visión a medio-largo plazo que contemple toda la cadena de valor desde un enfoque de ciclo de vida. Tras vigilar los diseños de los nuevos instrumentos y regulaciones verdes en Europa, las respuestas del mercado y los clientes, y, especialmente, las apuestas verdes de las empresas competidoras, hace falta analizar las oportunidades y los riesgos, y tomar decisiones. Hay que tener en cuenta que la sostenibilidad se impulsa desde la política europea a diferencia de la digitalización, que es technology driven.
Estamos observando que algunas empresas están perdiendo el tren. Como ejemplo, fabricantes de envases que aún no han integrado el análisis de ciclo de vida en sus productos. Además, cada mes nos encontramos con empresas relevantes, no solo pymes, a las que les tenemos que trasladar que ya van tarde y que pueden perder las oportunidades de negocio verde si no están atentas a las oportunidades de los instrumentos europeos. Esto es muy relevante porque Euskadi apuesta por contar con un tejido productivo competitivo que sin duda aporta progreso, empleo y bienestar a la sociedad.