Ante un escenario tan volátil como el que estamos viviendo, en Aon no tienen ningún tipo de duda de por dónde pasa su propósito: «Debemos tener a nuestros clientes mejor asesorados para que puedan tomar las mejores decisiones«. Cambio climático, riesgos cibernéticos, futuras pandemias, escasez de mercancías…
Son solo algunos de los riesgos que están hoy en nuestro umbral, y de los que Pedro Penalva, nuevo CEO de Iberia, África e Israel de la compañía, nos habla -entre otros temas- en la siguiente entrevista.
Un viejo proverbio chino dice: «¡Que puedas vivir en tiempos interesantes!».
Podemos entenderlo como una bendición o como una maldición, dependiendo de nuestro acercamiento más optimista o pesimista. Claramente, preferimos el primero porque al final optimistas y pesimistas van a morir igual, pero los optimistas son mucho más felices.
La verdad es que hoy vivimos en un entorno marcado por la interconectividad e interdependencia, en el que nos enfrentamos a un conjunto de riesgos que generan una volatilidad sin precedentes. Todos estamos expuestos a eventos que no controlamos, que pasan en zonas lejanas del globo y con profundo impacto en nuestra vida y nuestra actividad.
Otra área de profunda preocupación es el talento: cómo atraerlo, desarrollarlo y retenerlo en un entorno complejo en el que vivimos en una verdadera ‘guerra por el talento’; y por otro lado (particularmente en esta fase post pandémica), cómo incrementar bienestar y crear resiliencia en los empleados y así estar más capacitados para afrontar toda esta volatilidad.
Todos estos temas suelen tener hoy máxima prioridad en la agenda corporativa. Y más que riesgos o amenazas, el enfoque deberá estar en la oportunidad de hacer más y mejor que la competencia, y en la enorme ventaja que eso representará para una organización.
Desde Aon tenemos claro nuestro propósito: tener a nuestros clientes mejor asesorados e informados para que puedan tomar las mejores decisiones. Para lograrlo es necesario, en primer lugar, acelerar la innovación, utilizar los datos para construir modelos predictivos que nos ayuden a entender de forma más profunda estos riesgos y así poder atraer capital de otras fuentes que no sean solamente la aseguradora (fondos de pensiones, fondos de inversión, fondos soberanos), y para desarrollar modelos de coberturas de estos riesgos.
Es también fundamental innovar en las formas de anticipar y crear resiliencia ante este conjunto de riesgos. Todo esto va a implicar el desarrollo de una capacidad por parte de las organizaciones de tomar decisiones en distintos momentos del proceso de identificación, entendimiento, respuesta y transferencia de estos riesgos.
Los últimos 18 meses, con todos sus retos, complejidad y preocupación, nos enseñaron mucho. Y uno de los aprendizajes ha sido la máxima relevancia de gestión de riesgo como variable estratégica; la conciencia que hoy todos tenemos de que la capacidad de identificar, cuantificar el impacto, gestionar, retener y transferir riesgos son fuentes de ventaja competitiva. Si una organización tiene más información, acceso a mejor asesoría, a más datos y a la inteligencia para extraer valor, tiene una ventaja competitiva.
Esta ventaja es más relevante en este momento de gran incertidumbre, en el que riesgos que antes mirábamos con “luces largas” los tenemos ahora delante.
Como he comentado antes, nos encontramos en un entorno en el que afrontamos una volatilidad sin precedentes, plasmada en un conjunto de riesgos que ya tienen un impacto fortísimo en nuestra vida diaria, en el desarrollo de nuestras organizaciones y en la economía global y de los distintos países.
El cambio climático, con todo el potencial de daños generados por viento, lluvia, hielo, sequías e incendios; el potencial global y casi pandémico de los riesgos cibernéticos; la próxima pandemia que podrá desarrollarse por la cercanía entre el entorno natural y salvaje con la ocupación humana fruto del crecimiento urbano y de la destrucción de los bosques; la suma relevancia -más de 80% del activo de las empresas en Fortune 500- de los activos intangibles (patentes, derechos de autor, marca) en los balances de las organizaciones y las formas de proteger estos activos; y, finalmente, la interrupción de la cadena global de suministro, que todavía estamos todavía entendiendo toda su dimensión y impacto. Todos estos riesgos que antes considerábamos lejanos y con muy baja (o incluso inexistente) probabilidad de ocurrir, están hoy en nuestro ‘umbral’ y, desafortunadamente para muchos, ya los hemos experimentado.
Sin duda. Nuestro propósito es apoyar a nuestros clientes a dar forma a sus decisiones, y así, proteger y mejorar la vida de las personas. Para que esto pase, los clientes tienen que estar bien informados y mejor asesorados. La forma de hacerlo es utilizando de forma extensiva la innovación, el conocimiento y la experiencia para que puedan tomar las mejores decisiones y desarrollar soluciones para manejar las nuevas (y antiguas) formas de volatilidad que tienen un impacto tremendo en la sociedad, las organizaciones y las personas; para que la fuerza de trabajo sea más resiliente, y también para atraer nuevo capital con el fin de proteger estos riesgos.
Más que conexión directa, es crear un entorno de cercanía, conocimiento mutuo e incluso de co-creación con clientes que haga desplegar la innovación necesaria para desarrollar esas soluciones novedosas.
Solo ayudando a los clientes a navegar en la cadena de valor que empieza en los datos, continúa en la información y termina en la inteligencia y conocimiento, podremos apoyar ese proceso de toma de mejores decisiones.
Estos son dos puntos críticos en el entorno en el que vivimos.
Así, para tener una fuerza de trabajo resiliente, es crítico que exista un enfoque en el bienestar en todas sus dimensiones -física, financiera, profesional y emocional-, con particular relevancia del tema de la salud mental, y también crear un ambiente de trabajo diverso e inclusivo, garantizando las condiciones óptimas para el desarrollo pleno del talento de la organización.
Acceder a nuevas formas de capital será un factor crítico para desarrollar soluciones para estos nuevos riesgos que identificamos antes. Tenemos ahora en el mundo fuentes de capital con una tremenda dimensión -Private Equity, Fondos Soberanos, Fondos de Pensiones-, muchísimo mayor que la suma de capital asegurador y reasegurador. El reto y la oportunidad es crear las condiciones, los modelos predictivos, el entorno económico, financiero y regulatorio para atraer este capital a cubrir todos estos riesgos. Por eso, nuestro enfoque está en acelerar innovación, en crear nuevas soluciones. Y tenemos ya muy buenos ejemplos, pero vamos a tener más y mejores.
Es una región diversa con oportunidades y retos distintos. Un punto común a las distintas geografías es nuestro enfoque e inversión en el desarrollo del talento local, punto crítico para la competitividad de cada uno de los países, y en la creación de un ambiente diverso e inclusivo. Otro es, efectivamente, el crecimiento y generar las condiciones para continuar apoyando a los clientes en sus proyectos, proteger su balance y cuenta de resultados, y disminuir la volatilidad que suele afectar a sus operaciones.
En todas las geografías vamos a tener oportunidades para cumplir nuestro propósito de apoyar a los clientes en la toma de las mejores decisiones para aprovechar las oportunidades que van a tener en el mercado. Así, en Iberia vamos a asistir a un repunte de crecimiento del PIB, después de la quiebra histórica de 2020 por Covid. Además, vamos a tener en los próximos años una inyección de capital sin precedentes en la historia reciente de los dos Países, muy enfocado en la transición energética, carbono cero y digitalización. África, con todos sus retos, es un continente que va a tener el mayor crecimiento demográfico del mundo en los próximos años. Tiene el beneficio de tener una población muy joven, está en una fase muy acelerada de digitalización (con gran enfoque en los servicios financieros) y gran parte de la inversión mundial está ahora mismo -y lo estará más en los próximos años- canalizada en este continente. Finalmente, Israel es uno de los grandes hubs de innovación del mundo, y los acuerdos de Abraham con Emiratos Árabes Unidos crearán alguna estabilidad en una parte del globo siempre afectada por gran incertidumbre geopolítica.