El nuevo escenario socioeconómico ha hecho que muchas empresas hayan tenido que mejorar su competitividad e innovar para adaptarse a un nuevo entorno cambiante, a un nuevo consumidor, nunca antes visto.
Para hablar de innovación y competitividad empresarial, APD y AVE organizan la IV Jornada Anual Paco Pons, una cita esperada entre los empresarios y empresarias de la Comunidad Valenciana. Una edición que, un año más, cuenta con el apoyo de PwC y la participación de Sandra Deltell, Socia de PwC.
Para Sandra Deltell, «la innovación es adaptarse a los nuevos hábitos del consumidor». Ahora bien, ¿podrán las empresas reinventarse lo suficientemente rápido y mejorar su competitividad?
Un escenario tan complejo y cambiante como el actual requiere de líderes que estén a la altura.
Algunas de las cualidades que cobran mayor importancia en una persona que vaya a ejercer el liderazgo en cualquier organización son su experiencia, su determinación y seguridad. Combinadas con la creatividad, la flexibilidad y la capacidad de asumir riesgos, el resultado debería ser una figura capaz de liderar cualquier proyecto.
Pero no hay que olvidar que detrás de cada proyecto y de cada organización están las personas y que es el talento de las personas el que consigue los cambios en las organizaciones y lo que garantiza el éxito.
El talento es diverso, no tiene género, raza, orientación sexual ni edad. Por eso, en mi opinión, a todas estas cualidades hay que sumar otra fundamental, la capacidad de ser un líder inclusivo y saber sacar lo mejor de la diversidad.
No existe una única receta válida para todos los casos, aunque una opción inteligente es combinar los dos tipos de innovación: la incremental con el objetivo de generar más negocio y la radical para generar uno nuevo, de forma que se logra defender la posición actual y crear opciones de crecimiento a largo plazo.
Pero si nos fijamos en las mejores prácticas en innovación a nivel global, las compañías más innovadoras dedican el doble de inversión a innovación radical que las empresas menos innovadoras.
Evidentemente, cualquier empresa que no tenga los deberes hechos, ante una situación de crisis como la generada por la COVID-19 va a sufrir más que otra que ya hubiera establecido unas bases sólidas. Si bien es cierto que en su primera fase la situación generada por la pandemia y el confinamiento más duro afectó de lleno y con más profundidad a determinados sectores como los del turismo y el transporte o la automoción por razones evidentes, independientemente de su situación particular.
Una vez inmersos en la bautizada como nueva normalidad, sí que se ha puesto de manifiesto la solidez de los proyectos empresariales y sobre todo la capacidad de cada uno de reinventarse para adaptarse a una nueva forma de vida en la que los hábitos de las personas han cambiado.
Respecto a la primera pregunta, considero que detrás de cualquier proyecto empresarial debe haber un propósito sólido, que trascienda, y contribuir a la sostenibilidad económica de una sociedad me parece imprescindible.
Respecto al impulso de la competitividad, no me cabe duda de que la innovación va a ser clave para conseguir salir reforzados de la crisis post COVID.
Como ya hemos visto tantos y tantos ejemplos en este último año, innovar no solo supone desarrollar nuevas tecnologías o productos, también nuevos modelos de negocio que se adaptan a un nuevo consumidor cuyos hábitos han sido modificados por una nueva realidad.
Es el momento de pensar en grandes proyectos que van a poner a España en el lugar que le corresponde dentro de la UE
La Comunidad Valenciana ha sido siempre un ejemplo de emprendimiento y las grandes empresas de hoy son el resultado del éxito de los emprendedores de tiempos pasados. Sirva como ejemplo el caso de Juan Roig.
Aunque se me ocurren muchos más, el suyo es especialmente significativo porque desde su incubadora Lanzadera está dando una oportunidad a los emprendedores de hoy y nos da una perspectiva de que la capacidad no está en el tamaño pero sí al contrario.
Por supuesto que las hay. De hecho, el grueso de los Fondos Europeos va a tener como destino al sector privado, que es el más dañado por la crisis. Lo dije el año pasado en la clausura de esta misma jornada: «Es el momento de pensar en grandes proyectos que van a poner a España en el lugar que le corresponde dentro de la UE».
Y lo repito ahora: Es el momento de que las empresas demuestren su capacidad de liderar estos proyectos para conseguir un efecto multiplicador y su mejor aprovechamiento.