El punto clave es entender lo que conlleva a nivel de cultura de empresa porque va mucho más allá de la teoría. La búsqueda constante de la mejora continua es la mayor presión que uno puede tener. Nuestro eslogan es “siempre mejor”, y siempre mejor es “nunca llegas”. Si esto está claro, la implementación puede costar 2 semanas, 3 meses, 1 año o 10, pero seguro que ocurrirá.
Porque en un mundo en el que los recursos son finitos, la búsqueda de la eficiencia máxima tendría que ser algo natural, y el proceso Lean se basa en eso, en cómo sacarle el máximo partido a cada uno de los recursos que tenemos. A lo mejor cuando empezó Toyota hace muchos años podría ser una ventaja competitiva, pero hoy para mí sería como un “mínimo olímpico”, porque sin eso es muy difícil competir.
Nunca. La perfección no existe. Todos a nivel profesional hemos cometido errores y probablemente hayamos aprendido más de ellos que de nuestros éxitos. Hay que fomentar el aprendizaje del error (sin volver a caer en lo mismo) ya que uno solo se equivoca si intenta hacer cosas y eso forma parte de la cultura de Toyota, y en el caso de Lean Manufacturing es uno de los temas capitales.
Lo que llamamos el ‘Toyota Way’. Se basa por un lado en el trabajo en equipo y el respeto a las personas, fundamental. Y por otro, en no estar nunca satisfecho, Kaizen es eso. Esta actitud nos ha llevado hasta dónde estamos y son las armas que nos tienen que llevar hasta el siguiente nivel.
“Como decimos nosotros, uno puede estar contento pero nunca satisfecho”