Ya nadie pone en duda que los datos son un activo de gran potencial para las compañías de cualquier tamaño y sector. Sin embargo, el reto sigue siendo encontrar la estrategia de datos óptima que permita activarlos al tiempo que se controlan costes y riesgos.
Cuando aún no existía un consenso sobre el valor de los datos, estos solían ser responsabilidad exclusiva de los departamentos de IT, que se limitaban a almacenarlos y, por consiguiente, suponían un coste para la compañía.
Por el contrario, la visión actual es que su gestión y explotación es una responsabilidad transversal: todas las áreas tienen su propio rol y, a su vez, deben estar perfectamente coordinadas entre sí.
Y es en esa necesidad de coordinación donde reside el valor para las compañías de contar con una estrategia de datos pues, si está bien definida, otorga respuestas a cada una de las preguntas que aparecerán en las distintas fases de su gestión.
Aquellas empresas que logran definir e implementar una estrategia de datos adecuada, provocan un cambio de paradigma interno en el que la gestión del dato deja de ser un coste para convertirse en una inversión con capacidad para generar retornos.
Como decíamos, una estrategia de datos ha de involucrar y coordinar a todas las áreas, pero debe estar siempre liderada y soportada por el negocio, a quien debe dar soporte el resto de stakeholders de la compañía.
Una estrategia de datos ha de involucrar a todas las áreas, pero debe estar siempre liderada y soportada por el negocio
Consideramos que debe ser así porque a pesar de ser una iniciativa con importantes requisitos desde el punto de vista tecnológico, la tecnología por sí sola no extrae valor y, por tanto, debe ser el medio y no el fin.
Partiendo de una perspectiva liderada por negocio, el resto de áreas han de proporcionar soluciones a los distintos retos que debe plantear una estrategia de datos ambiciosa.
Hemos mencionado ya la necesidad de contar con todas las herramientas tecnológicas que permitan la captura, almacenamiento y explotación de los datos. Su responsabilidad recae en los departamentos de IT y resulta crítica por la velocidad con la que evolucionan las tecnologías y la necesidad permanente de hacer eficientes los gastos.
Por su lado, los departamentos de Capital Humano tienen una doble labor que resulta indispensable. Son los responsables de captar talento experto en las múltiples disciplinas relacionadas con la gestión de datos. Y, al mismo tiempo, deben liderar un proyecto de transformación cultural que tenga como objetivo evangelizar a los empleados sobre su valor.
No contar con una estrategia de datos puede provocar resultados indeseables en los proyectos
Del mismo modo, otras áreas tradicionales de soporte, como son los departamentos de Legal y de Comunicación, deben garantizar que los usos de los datos propuestos por las áreas de negocio no supongan ningún riesgo para la compañía desde el punto de vista legal, regulatorio o incluso reputacional.
Y de igual manera, las áreas de Finanzas y Control deben entender las necesidades de inversión que requieren la implementación y mantenimiento de iniciativas de explotación de datos.
Teniendo en cuenta la complejidad que supone coordinar todo lo anterior, no contar con una estrategia de datos puede provocar resultados indeseables en los proyectos como la ineficiencia económica, daños en la imagen de marca o la total inaplicabilidad de negocio.
Por el contrario, contar con una estrategia de datos refinada puede suponer una auténtica ventaja competitiva, pues su activación abrirá nuevas posibilidades en los campos de la generación de ingresos, la reducción de costes o la mitigación de riesgos. Campos que seguirán vetados para aquellos competidores que carezcan de las mismas capacidades.
Contar con una estrategia de datos refinada puede suponer una auténtica ventaja competitiva
Si llegados a este punto alguien siguiera albergando dudas sobre el valor que aportan los datos y, por consiguiente, sobre la necesidad de contar con una estrategia para su gestión, bastaría con repasar las últimas noticias del mundo corporativo. Así, comprobaríamos cómo, lamentablemente, en los últimos años ha aumentado constantemente el número de ataques dirigidos a secuestrar los datos corporativos para solicitar recompensas.
Para terminar, me gustaría remarcar que las estrategias de datos no deben ser consideradas como proyectos cerrados, con un alcance definido. Al contrario, deben enfocarse como iniciativas vivas, que deberán crecer y adaptarse en función de las prioridades de cada compañía.
