3 Congreso APD Innovación
INNOVAR DESDE LA FRONTERA
El término innovación, proveniente del latín, significa “hacer algo nuevo, renovar”. Si descomponemos este étimo, “in-” significa “hacia dentro” y “novus –a –um”, “nuevo”. Podríamos afirmar por tanto que en sus orígenes la innovación está asociada a hacer, desde dentro, algo nuevo. Si bien las empresas se encuentran en un momento de colaboración, de co-creación y de cooperación. De ahí nace la innovación abierta, un nuevo modelo de gestión de la innovación mediante la cual las organizaciones desarrollan sus proyectos de investigación en colaboración con personas y entidades ajenas como universidades, centros tecnológicos, administraciones u otras compañías.
El profesor Henry Chesbrough es experto en este campo y autor del libro Open innovation: the new imperative for creating and profiting from technology. En su estudio concluye que la innovación abierta se refiere al uso de los flujos internos y externos de conocimiento para acelerar la innovación interna y ampliar los mercados para el uso externo de dicha innovación.
La innovación abierta se refiere al uso de los flujos internos y externos de conocimiento para acelerar la innovación interna y ampliar los mercados para el uso externo de dicha innovación
De esta forma la innovación deja de ser un proceso lineal para convertirse en un proceso vivo, en el que influyen diferentes agentes. Esta fluidez de información y rapidez en la respuesta a las necesidades que puedan surgir, hace que las empresas que adoptan innovación abierta tienen un 35% más de probabilidades de superar a sus competidores.
La innovación abierta hace que convivan perfiles profesionales con diferentes visiones. Esta confluencia de ideas, supone una mayor riqueza a la hora de realizar propuestas o buscar soluciones que puedan ser realmente transformadoras.
La colaboración externa supone una reducción en los tiempos de desarrollo de nuevos productos. Externalizar procesos o desarrollos tecnológicos que, si se realizasen dentro de la organización podrían suponer más tiempo, se agilizan. Esta velocidad de respuesta, sumada a la incorporación de otros perfiles, permite conseguir enfoques, metodologías y procedimientos que, internamente, no se habrían planteado.
Aprovechar los recursos externos puede disminuir los costes en I+D. Al externalizar procesos, la organización ahorra también tiempo y dinero para el desarrollo de tareas. Expertos en la materia se focalizan en la necesidad concreta y, de este modo, los profesionales evitan la duplicidad de funciones y se optimiza el aprovechamiento de cada recurso implicado.
La colaboración se convierte en un motor de creación de valor, cuando hablamos de innovación abierta. Las empresas no compiten entre sí, sino que trabajan conjuntamente y enfocadas en sus fortalezas para conseguir mantenerse en la vanguardia. Orlando Vergara, Ejecutivo y mentor, autor de Ecosystems leaders mindset apuntaba en la tercera edición del Innovation Big Date que: “ya no estamos llamados a competir, sino a colaborar. Competir en unas áreas y colaborar en otras. Las empresas van a competir entre ecosistemas y no entre ellas”.
Otra de las ventajas de la innovación abierta pasa por la capacidad para mantenerse al día sobre las novedades del mercado. Permite explorar la realidad e identificar nuevos segmentos, aplicaciones o alternativas capaces de resultar mucho más rentables.
El diseño y la gestión de ecosistemas innovadores son necesarias para entender la innovación abierta. Esa colaboración no solo implica a las organizaciones, sino que también entran en juego las universidades, las incubadoras y las aceleradoras. Las startups juegan un papel muy relevante en este nuevo escenario, donde su agilidad y su organigrama horizontal son dos de sus pilares. Mención merece también el sector público que, en los últimos años, se ha presentado como un actor más.
Según la Organización de Naciones Unidas, la inversión en innovación alcanzará los 9,5 billones de dólares en 2030, frente a los 1,5 billones de 2020. Esta inversión responde a la necesidad de las organizaciones por ser marcar esa ventaja competitiva y mantenerse a la vanguardia en un entorno cambiante. Es esa capacidad para innovar lo que les hará ser diferenciales.
El aprovechamiento de tecnologías externas impulsa la innovación abierta al facilitar el acceso a nuevas ideas y conocimientos, fomentando la colaboración entre organizaciones. Esta interacción permite la integración de soluciones diversas y la adaptación rápida a los cambios del mercado, acelerando el desarrollo de productos y servicios innovadores que responden mejor a las necesidades de los consumidores.
El hecho de que diferentes perfiles propongan soluciones para un determinado proyecto, hará que surjan muchas soluciones creativas. Le generación de ideas será mucho mayor y pueden dar lugar a nuevas ideas adicionales.
La innovación abierta disminuye el riesgo en el desarrollo de nuevos productos al permitir que las empresas compartan y accedan a recursos externos, como ideas, tecnologías y conocimientos especializados. Al colaborar con socios diversos, las empresas pueden identificar y mitigar posibles problemas tempranamente, reducir costos de investigación y desarrollo, y aumentar las probabilidades de éxito mediante la validación y ajuste de conceptos antes de su implementación final.
Como se ha visto, la innovación abierta facilita la adaptación rápida al mercado, ya que las empresas pueden explorar nuevas oportunidades y segmentos de manera más eficiente. La expansión de redes y relaciones estratégicas, incluyendo la participación de startups y el sector público, fomenta la creatividad y la generación de soluciones innovadoras. Este enfoque colaborativo no solo incrementa la competitividad de las empresas, sino que también disminuye los riesgos asociados al desarrollo de nuevos productos, permitiendo una validación temprana y ajustando conceptos antes de su implementación final.