La nueva ley de cookies se creó para regular uno de los componentes más conocidos y más representativos de lo que es nuestra experiencia online como usuarios. Al mismo tiempo, impone ciertas obligaciones a las empresas que gestionan las cookies de sus páginas webs. Por lo que es necesario conocer cuál es la legislación de la UE para poder cumplir con ella.
En el año 2011, la Unión Europea dictaminó que todos los usuarios tenían que poder conocer y comprender qué son las cookies y para qué se utilizaban en las páginas web que visitaban. Hay que tener claro que cada web las utilizaba de una forma distinta y con sus propios fines. Además, obligó a los sitios web a que se diera la opción de no querer aceptarlas de una forma libre.
Con la aprobación de esta ley, conocida como Directiva 2009/136, se ordenó que todos los países miembros de la UE tenían que crear sus propias leyes, donde obligaran a los sitios web a obtener un consentimiento informado antes de que recuperaran o almacenaran cualquier tipo de datos del usuario y de sus dispositivos o equipos informáticos.
Lo primero que hay que saber es que las cookies son archivos que contienen datos temporales, los cuales permiten a los sitios web que visitamos con mayor frecuencia mantener un registro de cuáles son nuestras preferencias, de esta manera, no estamos obligados a iniciar sesión cada vez.
Aunque es cierto que su uso suele estar asociado a un gran número de ventajas, tanto para el usuario como para las empresas, el uso de esta tecnología plantea también una serie de problemas de seguridad.
Las cookies son archivos que contienen datos temporales, los cuales permiten a los sitios web que visitamos con mayor frecuencia
Existen unas cookies denominadas de rastreo, que son aquellas que terceras empresas colocan para obtener un beneficio publicitario. A través de ellas pueden obtener información de los hábitos de navegación de cada uno de los usuarios, de qué productos o servicios son los que consulta y cuáles acaba comprando. Con estos datos pueden, posteriormente, diseñar campañas de publicidad específicas para cada uno de los usuarios.
Existen usuarios a los que esta política de uso de las cookies les parece muy beneficioso. Por ejemplo, si están buscando un producto con el mejor precio posible, ese agregado de terceros les podría ayudar a encontrarlo. También los propietarios se benefician de ellas ya que pueden ser muy lucrativas y, para ello, es necesario crear publicidad muy específica y muy orientada.
Sin embargo, hay otros usuarios a los que la vulneración de su privacidad les preocupa y les parece un ataque a sus derechos. No les resulta agradable que pueda conocer qué movimiento realizan en cada momento o utilizar sus historiales de navegación para obtener beneficios.
Para poder instalar y utilizar las cookies, así como toda la información que puede obtener de cada uno de los usuarios que acceden a la web, es necesario obtener su consentimiento. El consentimiento se puede obtener a través de formularios donde se detalle expresamente su finalidad, o a través de un apartado específico donde se solicita que acepte o consienta su utilización.
La nueva ley está pensada para que el usuario tenga, en todo momento, conocimiento sobre el uso que se está dando de los datos que aporta
Una de las formas más habituales de obtenerlo es a través de una acción realizada por el usuario que lo infiere. Para poder utilizar este sistema, indicando por ejemplo que, si sigue navegando en la web, se dará por consentido, es necesario poder demostrar que se le ha facilitado la información de una forma clara y accesible. El método más común es el texto que aparece en la parte inferior de una página web nada más acceder a ella.
La nueva ley está pensada para que el usuario tenga, en todo momento, conocimiento sobre el uso que se está dando de los datos que aporta. Además, ahora podrá acceder a ella en todo momento y eliminarla cuando lo desee, por lo que está más protegido.