APD A MENOS DE UN METRO DE TI
Llega el fin de este peculiar periodo de algo más de tres meses, quizás el más extraño que nos ha tocado vivir a la mayoría de nosotros. Tanto a nivel personal como profesional, a este tiempo lo podemos etiquetar como “raro”. Algunos dicen que nada volverá a ser como antes, que la COVID-19 ha marcado un antes y un después en el mundo empresarial prácticamente en cualquier sector, acelerando significativamente la transformación digital.
En estos tres meses hemos demostrado que podemos teletrabajar de manera efectiva, incluso el sector público se ha dado cuenta; hemos descubierto que somos más digitales de lo que nos creíamos, disparando el consumo online y convenciendo a las empresas de la necesidad de que la estrategia digital sea parte de su negocio; y hemos sido más conscientes que nunca del poder de los datos, dejando sobre la mesa el reto de su adecuada gestión. Muchas cosas han cambiado, pero ¿sabremos aprovechar este salto hacia adelante?
La alta dirección se ha visto abocada a un modelo organizativo al que era reacio: perder el control visual del empleado que le facilitaba el presencialismo. Esta crisis nos ha cambiado en múltiples aspectos. Prioridades como la seguridad, la higiene o la salud nunca habían estado tan presentes, y ni el empleado ni el cliente son los de antes. El cambio de hábitos afectará a la vida laboral, a las demandas profesionales, al consumo, a las inversiones de la economía doméstica…
Esta crisis nos ha cambiado en múltiples aspectos. Prioridades como la seguridad, la higiene o la salud nunca habían estado tan presentes, y ni el empleado ni el cliente son los de antes
En el ámbito laboral, el gran protagonista es, sin duda, el teletrabajo. ¿Ha llegado para quedarse? Hay estudios dispares que arrojan datos en ambos sentidos. Por un lado, un 78% de los encuestados por Good Rebel y la Asociación de Marketing de España reconocen que el coronavirus ha acelerado la cultura digital y el teletrabajo; mientras, por el otro, un estudio de Gartner reduce del 81% al 41% el teletrabajo efectivo durante y tras el coronavirus, cifra que apenas se incrementa un 11% respecto a la realidad previa a la epidemia. La incertidumbre sobre cómo será la vuelta a la oficina sigue en el aire y la resolveremos en unos meses tras el periodo estival o, a lo sumo, tras el periodo de gracia preventivo ante los posibles rebrotes.
En el lado del cliente, las estrategias de captación y fidelización en entornos digitales crecerán, especialmente apoyándose en la personalización de la oferta, a lo que ayudarán tecnologías como la inteligencia artificial que vivirá otro impulso notable para conocer mejor lo que necesita el cliente. Quizás el precio continúe siendo un factor clave de decisión, pero tras la experiencia vivida, factores como la confianza, la seguridad o el bienestar que produzca un bien o servicio, tendrán más peso que nunca en la decisión. Porque este tiempo en pausa se ha convertido también en un tiempo de reflexión que se verá reflejado en nuestras conductas como clientes a corto plazo.
Las empresas que tengan ventaja competitiva serán aquellas con la habilidad de adelantarse a las tendencias, creando entornos flexibles capaces de adaptarse a imprevistos y de sobrellevar la incertidumbre. Albert Einstein dijo: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”, y es el momento de aprovechar este cambio forzoso para no hacer lo mismo que antes, sino avanzar hacia lo que nos ofrece el futuro al que hemos llegado de forma precipitada.