En un mundo hiperconectado, el poder medir el máximo de variables de manera efectiva es casi imperativo para cualquier organización. La tecnología más sencilla y asequible es el denominado Internet de la Cosas (IoT, en sus siglas en inglés). En el caso de la banca y el sector financiero, comprender su utilidad —como sacar provecho de los datos facilitados por los clientes, mejorar el servicio de banca digital y crear nuevos modelos de negocio— parten de este denominado Banking of Things (BoT).
El BoT está cambiando la industria financiera al crear una infraestructura que aprovecha la conectividad
Aunque no existe un consenso para su definición, la forma más sencilla de explicar qué es el BoT sería una infraestructura que aprovecha la información de los dispositivos para ofrecer más y mejores servicios financieros a las personas y empresas. De esta manera, la tecnología IoT contribuye a mejorar tanto los productos como los servicios ofrecidos.
Por ejemplo, si tenemos un electrodoméstico conectado a internet y vinculado a una tarjeta bancaria, cuando esté a punto de terminarse un material, el propio aparato se encargaría de hacer el pedido.
El abanico de oportunidad con este crecimiento de la tecnología IoT, da un número interesante en que el sector financiero multiplique sus operaciones por toda esta demanda de la interacción con los objetos cotidianos que se conectan a internet, capaces de enviar y recibir datos, y que cualquiera de estos dispositivos podría convertirse en un punto de venta.
El BoT está cambiando la industria financiera al crear una infraestructura que aprovecha la conectividad para brindar una serie de beneficios que atraen a un grupo demográfico más amplio; y especialmente a las generaciones más jóvenes porque facilita interacciones simplificadas y personalizadas con los bancos.
El Banking of Things permitirá a las instituciones financieras automatizar varias de sus operaciones comerciales, incluida la gestión de préstamos y solicitudes, las transferencias de activos y el seguimiento de garantías, al tiempo que conducirá a una mayor reducción del número de cajeros automáticos y sucursales bancarias tradicionales.
Todas estas posibilidades parten del manejo de datos en tiempo real, gracias a la conectividad ofrecida por el IoT. Incluso, si pensamos en nuestra propia organización, podemos gestionar automáticamente la red de cajeros y sistemas de seguridad. Si hay el más mínimo fallo, los sensores enviaran la información. Así podemos actuar casi al instante y evitar que el funcionamiento del sistema sea erróneo durante más tiempo del deseado.
Los clientes utilizan cada vez más dispositivos inteligentes para realizar sus operaciones bancarias, y los datos recopilados a través de aplicaciones y banca móvil, por ejemplo, permiten a los bancos anticipar las necesidades de los clientes y brindarles asesoramiento y soluciones que los ayuden a tomar decisiones acertadas con respecto a sus finanzas.
Las instituciones financieras están utilizando la funcionalidad de IoT para pronosticar tendencias futuras y condiciones del mercado a través de análisis de datos y modelos predictivos. Estos valiosos conocimientos se pueden utilizar para crear nuevos productos y servicios. Aquellos encargados de tomar decisiones también pueden utilizar los datos para juzgar el valor de diferentes características de las aplicaciones y dónde invertir en desarrollo.
Para el sector bancario, la atención inicial se centró en aspectos como la videovigilancia para reducir el fraude y mejorar tanto el servicio al cliente como la formación interna. Pero a medida que se introducen más y más dispositivos de IoT, es vital que se desarrollen medidas de seguridad. Las pruebas de cifrado y vulnerabilidad son esenciales para garantizar la transferencia segura de datos, mientras que se deben instalar actualizaciones y firmware periódicos en los dispositivos de red y practicar una higiene adecuada de las contraseñas.
Gracias a los dispositivos con sistemas de geolocalización (teléfonos inteligentes o wearables como pulseras y relojes inteligentes) será posible ayudar a combatir casos de fraude. Bastará con cruzar los datos de ubicación del dispositivo de una persona con los del cajero o sucursal bancaria donde se está realizando una operación financiera para prevenir delitos como la suplantación de identidad.
BoT permitirá a las instituciones financieras automatizar sus operaciones comerciales, incluida la gestión de préstamos, las transferencias de activos y el seguimiento de garantías
No importa si el consumidor visita una sucursal física o realiza operaciones bancarias online, las tecnologías IoT están permitiendo experiencias más convenientes y personalizadas. Los cajeros automáticos son en realidad uno de los primeros prototipos de un dispositivo IoT, que permite transacciones en tiempo real y elimina la necesidad de hacer cola en el banco para acceder a las cuentas, lo que se traduce en menores costos de personal.
Para mejorar aún más la experiencia del cliente y al mismo tiempo reducir los costes, los bancos están recurriendo a nuevas tecnologías de IoT. Algunos bancos han comenzado a utilizar balizas para enviar ofertas personalizadas a los teléfonos inteligentes de los clientes tan pronto como entran en el banco, mientras que algunos cajeros automáticos tienen transmisión de vídeo en vivo que permite a los clientes hablar con alguien en el banco si necesitan apoyo adicional.
Cuesta asegurar que estemos ante una nueva revolución en el sector financiero de la mano del llamado Banking of Things o BoT. Caben pocas dudas, en cambio, de que una tecnología como el IoT ofrece infinidad de posibilidades para mejorar la analítica de datos, prestar mejores servicios a los clientes, incrementar la seguridad y automatizar infinidad de procesos.
Como el resto de actividades, la banca debe decidir si se adapta a una tendencia de difícil retorno y continúa con el progreso exponencial de la industria financiera u opta por quedarse estancada. Para que no suceda, las instituciones bancarias han de considerar cómo y cuándo adoptar el BoT.
Una solución de presente… y con mucho futuro.