APD A MENOS DE UN METRO DE TI
A estas alturas sabemos poco y eso que en apenas una semana hemos aprendido mucho. I used to rule the world, canta Coldplay en su Viva la Vida. Solía gobernar el mundo… Así me siento, en estos días de confinamiento en los que la palabra conciliación ha adquirido una nueva dimensión.
Nuestras mañanas, nuestras rutinas, nuestras tensiones han cambiado. Las jornadas de antes sin ver apenas a mis hijos, arrancaban con el viaje en coche hasta el colegio, que se llenaba de preguntas e inquietudes. Luego a trabajar, con dedicación intensa y exclusiva, al frente de una dirección corporativa en una empresa tecnológica. Todo va bien. Y vuelta a casa. Los niños preguntan y hablan, quieren saber qué hago durante el día, cómo es mi trabajo, si tengo deberes o si me han castigado… Ellos también quieren contar su día: un 10 en inglés y una pelea con Fernando. Ver la tele, jugar con la tablet, no bañarse y que les leamos un cuento.
Hoy ese escenario, que puede parecer idílico, es un recuerdo y a la vez un anhelo. Volveremos a él, sabemos que nos queda un día menos para hacerlo.
Nuevos tiempos, nuevas rutinas, banda ancha a pleno rendimiento y disciplina positiva para evitar conflictos. Nos queda descubrir que no es suficiente
Tenemos la mejor tecnología y contamos con importantes recursos, conocemos las claves del teletrabajo y disponemos de plataformas educativas para seguir el curso académico. Todo en orden. Nuevos tiempos, nuevas rutinas, banda ancha a pleno rendimiento y disciplina positiva para evitar conflictos. Nos queda descubrir que no es suficiente.
La preocupación se ha instalado en toda la casa y es complicado escapar de ella. Pero nuestra obligación ha de ser preservar la inocencia de los pequeños, transmitir seguridad a nuestros hijos y cuidar a esta generación que asumirá el timón de nuestro país a mediados del siglo XXI. Somos su espejo, su arma y su escudo. Aunque hayamos dejado de gobernar el mundo, para ellos -como para nosotros lo siguen siendo nuestros padres en la distancia-, somos su tabla de salvación. Nuestra obligación es distraer su ansiedad, hacerles más fácil la vida, ayudarles a contactar con sus amigos, enseñarles a expresar sus sentimientos y también a aburrirse, por qué no.
Aprovechemos ahora para contarles a nuestros hijos en qué trabajamos, para escuchar qué les inquieta a ellos, para saciar su curiosidad
En plena evolución digital, ante unas circunstancias extraordinarias como las que atravesamos, las empresas del sector TIC hemos comprobado que estábamos preparadas para acompañar a nuestros clientes en el enorme salto hacia adelante que nos hemos visto forzados a dar: millones de personas trabajando desde casa, con conexiones, videollamadas, escritorios virtuales y remotizaciones varias funcionando a pleno rendimiento.
Aprovechemos ahora para contarles a nuestros hijos en qué trabajamos, para escuchar qué les inquieta a ellos, para saciar su curiosidad y para compartir con ellos nuestra música favorita. Siempre seguirá sonando “Viva la vida”.