La sostenibilidad y el concepto ESG se han convertido es palabras claves en el mundo empresarial y están en boca de la mayoría de los directivos. Pero no solo en el mundo empresarial, sino también en el ámbito social, político, económico y medioambiental se habla cada vez más de los beneficios de ser sostenibles.
De acuerdo con la definición de las Naciones Unidas, “la sostenibilidad satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.
El objetivo es sencillo: evitar el agotamiento de nuestros recursos naturales. Para ello, las Naciones Unidas han emitido sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenibles, y en ello las empresas tienen mucho que decir.
Vivimos en un mundo cada vez menos sostenible, donde los recursos naturales están sobreexplotados y cada vez son más escasos impactando en el medioambiente y la salud de todos. Se estima que alrededor de 2050 los océanos contendrán más plásticos que peces si continuamos en el mismo nivel de consumo y utilización (y lanzamiento) de plástico (WEF and Ellen MacArthur Foundation report).
Se estima que alrededor de 2050 los océanos contendrán más plásticos que peces si continuamos en el mismo nivel de consumo y utilización (y lanzamiento) de plástico
La sostenibilidad es importante porque nos afecta a todos en el agua que bebemos, el aire que respiramos y los alimentos que comemos, por lo que la relación directa entre sostenibilidad y salud es más que evidente. Sin una calidad mínima medioambiental se generarán unos desajustes de cambio climático que afectarán a la agricultura y a la pesca, propiciarán sequías y mayor contaminación y, en general, llevarán a una degradación y desertización del planeta que dificultará al ser humano la posibilidad de vivir en algunas zonas del mundo.
Tenemos una emergencia no solo climática, sino también natural –el 50% del PIB mundial parte de los recursos naturales– y social, dadas las enormes desigualdades que se están generando en el mundo.
Para solventar este tema, las empresas tienen que empezar a tomar una seria concienciación y responsabilidad sobre sus acciones medioambientales, sociales y de buen gobierno. El motivo por el cual estos 3 conceptos tan diferentes se agrupan bajo un mismo paraguas (ESG) es porque tanto los factores medioambientales como los sociales o los de buen gobierno, afectan a la manera en que las empresas impactan de forma “sostenible” en el entorno y la sociedad en la que operan. Por ejemplo, no puede haber una empresa que diga que está comprometida con el medioambiente cuando tiene a la vez prácticas de corrupción o de explotación de menores.
Tanto los factores medioambientales como los sociales o los de buen gobierno, afectan a la manera en que las empresas impactan de forma “sostenible” en el entorno
ESG son factores importantes para el desempeño financiero futuro de una empresa. Está demostrado por más de 2.200 estudios que existe una correlación directa positiva de las compañías con buenos ratios financieros y buenas prácticas ESG. Está también demostrado que las empresas con una buena gobernanza, con un mínimo impacto o un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente, tienen menores costes de capital y, por extensión, crean mayor valor. Son, sin duda, buenas razones para abrazar los beneficios de ser sostenibles.