Las Naciones Unidas aprobaron hace cinco años la agenda 2030 y definieron los Objetivos de Desarrollo Sostenible, lo que ha introducido la competitividad y sostenibilidad empresarial en los planes estratégicos de las compañías de todo el mundo.
Pero hay mucho camino por recorrer todavía porque, como indica el informe de sostenibilidad Dow Jones 2020, de las 7.300 compañías analizadas solamente 307 han entrado en su codiciado índice. Y de estas 307, solamente 16 son españolas. El índice de Dow Jones (DJSI) realmente integra un conjunto de varios índices de sostenibilidad. Este agrupa a las empresas con mejor desempeño en ámbitos como el ambiental, el social o el económico.
El reto ahora es transformar los negocios para cumplir con los objetivos de sostenibilidad, sin olvidar que deben estar vinculados con la rentabilidad económica.
Poco a poco la sostenibilidad se ha convertido en un pilar fundamental para las empresas. La apuesta pasa por introducir nuevos sistemas de producción y crear productos más sostenibles.
Ante la creciente falta de recursos naturales y la mayor concienciación social, la economía circular gana protagonismo, por lo que la relación entre competitividad y sostenibilidad empresarial va mucho más allá de la simple responsabilidad social corporativa.
Ser sostenibles ya no se reduce solamente a una cuestión medioambiental. Con el tiempo se han ido incorporando cuestiones sociales que ponen a las personas en el centro y se ha convertido en una forma de entender el desarrollo económico y social.
De 7.300 compañías analizadas, solamente 307 han entrado en el índice de sostenibilidad Dow Jones 2020. Y de estas 307, solamente 16 son españolas
Actualmente, son tres pilares los que sustentan la sostenibilidad. Los tres se basan en la responsabilidad, pero aplicada a diferentes ámbitos:
En la actualidad, el desarrollo sostenible ya forma parte de la estrategia corporativa de muchas compañías y está presente en el momento de definir el modelo de gestión. Es más, cada vez son más las empresas que consideran que la sostenibilidad puede ser un factor diferencial ante la competencia. Porque, si algo está cada vez más claro, es que la apuesta por ser una empresa sostenible puede suponer una gran ventaja competitiva, y ya hay muchos ejemplos que lo demuestran.
Hay empresas en España que impactan con sus políticas ambientales y que han conseguido mejorar la competitividad y obtener beneficios aplicando políticas de sostenibilidad.
Según el índice de sostenibilidad Dow Jones, hay 16 empresas españolas que cumplen los diferentes requisitos analizados: ACS, BBVA, Santander, Bankinter, Caixabank, Ferrovial, Siemens Gamesa, Mapfre, Inditex, Amadeus, Indra Enagás, Endesa, Iberdrola, Naturgy y Red Eléctrica.
Pero la competitividad y sostenibilidad no es solamente una cuestión de grandes empresas, ya que hay multitud de pequeñas y medianas empresas que con su apuesta por el desarrollo sostenible y la transparencia han conseguido hacerse un lugar en el mercado y ser altamente competitivas.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible abren nuevas oportunidades de negocio a las empresas, con independencia de su área de actividad o su tamaño. Y es que con una buena estrategia pueden acceder a nuevos mercados que son clave en la economía, y que aún van a serlo más en los próximos años. Y estas empresas quizás acaben ocupando el lugar de aquellas que no adapten su estrategia.
Tras el Acuerdo de París, España ha adquirido el compromiso de limitar o de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El acuerdo del Consejo Europeo celebrado en diciembre de 2020 incrementa la ambición climática. Los principales objetivos de dicho Marco 2030 son:
Como consecuencia de las restricciones impuestas para frenar el coronavirus, en 2020 España registró el hundimiento más grande de las emisiones relacionadas con el cambio climático. Según datos de Eurostat:
Pero, pese a que algunas de las reducciones producidas son realmente estructurales, las vinculadas a la reducción en transporte tienen una relación directa con la pandemia. Por este motivo, las cifras del año 2020 no son datos que se puedan mantener sin tomar otras medidas adicionales. El objetivo de cero emisiones, queda todavía muy lejos.
La digitalización se está acelerando, y esta transformación puede permitir también avanzar de forma definitiva en las estrategias sostenibles de las compañías. Y una de las herramientas más determinantes será el cloud sostenible, que permite a las empresas cumplir con los compromisos de reducción de carbono y de innovación responsable.
Aprovechando la potencialidad del cloud sostenible se puede conseguir una mayor flexibilidad, mejor uso de los servidores y una mayor eficiencia energética de las infraestructuras. Es por eso que un cloud público puede ser más rentable que los centros de datos propiedad de las empresas.
De este modo, las compañías que adopten el cloud sostenible de una forma adecuada pueden alcanzar niveles de innovación que mejoren la sostenibilidad de sus actividades y les permita obtener una mayor transparencia financiera y empresarial.
Así pues, la sostenibilidad se debe entender como algo prioritario, ya que sin un desarrollo sostenible no habrá futuro para las empresas.
El cambio climático o la transición energética son algunos de los grandes retos que deben afrontar las compañías que basen sus estrategias en el desarrollo sostenible, creando nuevos paradigmas de crecimiento. La sostenibilidad empresarial puede abrir el camino, en definitiva, a una nueva economía más transparente y más solidaria, pero igualmente competitiva.