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¿Debemos invertir en big data? Los expertos opinan

La transformación digital que han impulsado las nuevas tecnologías durante los últimos años ha generado en muchas compañías oportunidades para invertir en big data. No importa el sector de negocio sobre el que se realice el análisis y da lo mismo si se investiga el caso de España o de otro país: el crecimiento en las partidas que las empresas dedican a invertir en el estudio de macrodatos ha aumentado en gran manera.

Si bien es cierto que a los emprendedores les está costando un poco más adaptarse al big data –normalmente los fondos de los que disponen no son suficientes para cubrir las necesidades tecnológicas que ello supone–, las grandes empresas han empezado a poner el foco en la implementación y gestión de la también llamada como ‘inteligencia de datos’.

Tan es así que, según las estimaciones del International Data Corporation, en 2020 las inversiones comerciales globales en big data superarán los 200.000 millones de dólares al año. La cifra es impresionante, pero consigue que nos hagamos una idea de la importante bolsa económica que se está destinando a optimizar el conocimiento sobre los clientes o sus comportamientos extrayendo información del análisis del big data.

Como en todo, no existe una fórmula mágica que indique la cantidad de nuestras finanzas que debemos dedicar a invertir en big data para lograr beneficios, ni tampoco podemos estar seguros de que destinando una renta fija a inversiones alternativas consigamos ser los ‘número 1’ de nuestro sector de actividad –bien seamos una start-up dedicada a la inteligencia artificial; bien seamos dueños de una empresa cotizada en el Ibex–. Sin embargo, sí hay indicios que están demostrando la eficacia del análisis de macrodatos para alcanzar de manera optimizada las metas que nos propongamos.

Veamos qué dicen las fuentes expertas.

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Estás ‘vigilado’ y no te das cuenta

En un mundo donde los avances tecnológicos permiten realizar videollamadas entre personas que se encuentran a miles de kilómetros de distancia y es posible mandar mensajes inmediatos a través de un dispositivo tan pequeño como un teléfono móvil, invertir en big data es fundamental para que las empresas conozcan los gustos y la nueva manera de actuar de sus clientes y consumidores.

Según un artículo publicado en Business Insider titulado ‘Este es el futuro de la inversión, y posiblemente no pueda pagarlo’, la inversión en el estudio de macrodatos no solo se hará con la información que de manera expresa comparte el consumidor, sino también con aquellos consentimientos implícitos entre los que se mueve sin darse cuenta. Por ejemplo, al utilizar el GPS del smartphone. Mientras empleamos este servicio hay varios “satélites que rastrean las rutas de navegación” y obtienen estadísticas de búsqueda que pueden resultar valiosísimas para empresas turísticas, de alquiler de coches o comercios.

La ‘vigilancia secreta’ que ejercen las nuevas tecnologías sobre los comportamientos humanos es un instrumento muy eficaz para el análisis de big data.

Adaptarse o morir

La renta de la que disponen las empresas para la adquisición de herramientas que permitan extraer conclusiones de los macrodatos no siempre es suficiente. Sin embargo, el big data parece haber llegado para quedarse y quien no se adapte a él tiene muchas posibilidades de terminar siendo desplazado por competidores del mismo sector. Según una conferencia impartida por JP Morgan en mayo de 2017, las tendencias parecen enfocarse hacia una inevitable reducción de las fuentes de datos que se venían usando hasta ahora, por lo que resulta casi imprescindible adaptarse al nuevo escenario dominado por el big data. Más del 80% de los encuestados por JP Morgan para su estudio espera “una reducción en la relevancia de las fuentes de datos tradicionales”.

Según un estudio publicado por Adecco, el perfil laboral con más demanda en Tecnología de la Información durante 2018 es el de especialista en big data

La adaptación a la inteligencia de datos resulta tan interesante que no solo las empresas están decidiendo apostar por ella. También desde la Administración Pública se están haciendo importantes esfuerzos por incorporar el big data en el día a día. 

¿Un nuevo puesto de trabajo?

Las empresas deben invertir una gran cantidad de recursos en formar a su personal para usar de manera adecuada el big data. La información que se puede extraer de estos procesos es tan útil que puede repercutir en enormes beneficios para la compañía siempre y cuando los recursos humanos de los que dispone hayan sabido interpretarla para entresacar conclusiones.

Según un estudio publicado por Adecco, el perfil laboral con más demanda en Tecnología de la Información durante 2018 es el de especialista en big data. “La formación necesaria para  este perfil incluye una titulación universitaria en Ingeniería, titulaciones de carácter técnico o ciclos formativos de Grado Superior en Informática y Telecomunicaciones”, puede leerse en el informe.

El salario de estos profesionales puede llegar hasta los 65.000 euros brutos al año, cuantía que recompensa la minuciosa tarea de análisis que realizan estos expertos. “Las  empresas  valoran  las  habilidades  relacionadas  con  las  matemáticas,  la  estadística,  la programación  y  la  visualización,  pero  estos  profesionales  también  deben  tener habilidades comunicativas para explicar los resultados obtenidos en la organización”, cuentan desde Adecco.

Más del 80% de los encuestados por JP Morgan espera una reducción en la relevancia de las fuentes de datos tradicionales

“El big data debería ser el pulso de la organización, incorporado a todas las decisiones clave en las áreas de ventas, marketing, cadena de suministro, experiencia del cliente y otras funciones básicas”, destacan en el artículo ‘Cómo integrar Data & Analytics en cada parte de tu organización’ publicado en la Harvard Business Review.

De acuerdo con la Encuesta CIO 2016 de KPMG, el big data es la habilidad de tecnología más demandada por segundo año consecutivo, pero casi el 40 % de los líderes de tecnología informática afirma sufrir deficiencias de conocimiento en este sector. Para luchar contra esta carencia, incluso Google se ha sumado a la apuesta por estos perfiles y ofrece un curso gratuito –para obtener el certificado es necesario pagar una cuota– sobre ‘Fundamentos de Big Data y Machine Learning’. El desarrollo de la formación apuesta por inculcar en los alumnos las habilidades tecnológicas necesarias en este puesto de trabajo, y utiliza sistemas analíticos y de procesamiento de datos.

Los peligros del big data

El uso ilícito de datos ha sido una constante a lo largo de la historia y, de hecho, hasta nuestros días han llegado algunos reductos de esta actividad. A mediados de abril se conoció la noticia de que Cambridge Analytica –una empresa británica que colabora con partidos políticos para dirigir mensajes concretos a sus votantes– podría haber empleado la información de más de 50 millones de usuarios de Facebook para analizar el big data e interferir en su decisión de voto de cara a las pasadas elecciones de Estados Unidos. Según se supo, el directivo responsable de Cambridge Analytica –Robert Merce– mantiene un trato continuado con el consejero de Donald Trump –Steve Bannon–.

El escándalo traspasa fronteras y llega al otro lado del charco: Reino Unido también se ha visto salpicado por el empleo de posibles técnicas ilegales para influenciar en procesos electorales como, por ejemplo, el Brexit que optó por la salida del país fuera de la Unión Europea.

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