“Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”. La frase se atribuye en innumerables ocasiones a Charles Darwin, padre de la teoría de la evolución. Y no solo parece ser cierto para las diferentes especies que habitan la Tierra, sino que es además imprescindible para la supervivencia de las empresas.
Todos conocemos ejemplos de compañías que, siendo auténticos líderes dentro de sus respectivos nichos de mercado, desaparecieron por no saber anticipar los cambios que se estaban produciendo en el mercado. Empresas fuertes financieramente, ágiles en la atención a sus clientes e inteligentes en la elaboración de sus procesos que, sin embargo, sucumbieron por no haber sabido adaptarse a los cambios que se producían en su entorno.
He seleccionado, a modo de reflexión, una serie de tendencias que están transformando el mundo en que vivimos y las he agrupado dentro de cuatro grandes apartados: tendencias económicas, políticas, sociales y tecnológicas.
La gran mayoría de análisis coinciden en que estamos entrando en una época en la que se ha acabado la abundancia de la que veníamos disfrutando hasta fechas recientes. Primero fueron los problemas de suministro de materias primas, después fue el encarecimiento de la energía y finalmente el acceso a la financiación con el encarecimiento del dinero. Este último tiene impacto no solo sobre la rentabilidad de las compañías, sino también sobre la que éstas exigirán a sus proyectos para iniciarlos o incluso mantenerlos. Además, el incremento de la volatilidad en los mercados parece haber llegado para quedarse. Esta viene alimentada por, entre otras cosas, la reducción de los costes de transacción y el uso de bots e Inteligencia Artificial que permiten que el arbitraje sea rentable ante diferencias entre mercados cada vez más pequeñas.
La gran mayoría de análisis coinciden en que estamos entrando en una época en la que se ha acabado la abundancia de la que veníamos disfrutando hasta fechas recientes
Desde el plano político, la orientación al Este se va afianzando como una tendencia sólida en un mundo globalizado, donde el futuro parece estar más en Asia que en Europa. Y a pesar de la globalización, observamos una tendencia novedosa en la especial atención que se viene prestando a la producción propia como manera de asegurar el suministro, en especial de materias básicas como la alimentación. Los problemas para acceder a productos básicos, especialmente durante la pandemia, nos han llevado a darnos cuenta de la importancia de la autosuficiencia.
Dentro de esta línea, uno de los elementos que más importancia tendrá en el futuro es el agua. No en vano, desde la antigüedad las civilizaciones florecían solo dónde podían tener un acceso eficiente a ésta. En nuestros días, la idea de que nuestra tecnología nos permitiría disponer de agua en cualquier lugar, ha resultado ser errónea. De acuerdo con la BBC, la escasez de agua afecta a un 40% de la población mundial y está provocando cada vez más guerras en el mundo.
A raíz del confinamiento, se comenzó a gestar una redefinición del trabajo, que no solo ha supuesto la irrupción del trabajo remoto, sino que ha dado pie a la conocida como la Gran Renuncia. La manera de interactuar, entre empresas y trabajadores, está cambiando pues se ha producido un cambio en la escala de valores de estos. Según un estudio elaborado por Microsoft, un 41% de los profesionales considerará durante este año la posibilidad de dejar su trabajo.
Otra de las tendencias en auge dentro de la sociedad es la importancia creciente que están tomando las cuestiones relacionadas con la igualdad, la identidad de género y la neoecología, con el calentamiento global como ariete.
Finalmente, encontramos tendencia a primar el pago por uso frente a la propiedad, lo que puede afectar de manera sustancial a muchos modelos de negocio.
Por lo que respecta a la tecnología, las tendencias más candentes las tenemos en el metaverso y la Realidad Aumentada, con todas las posibilidades que nos ofrece a la hora de digitalizar nuestras operaciones y el servicio que prestamos a nuestros clientes. También hemos de resaltar la tecnología blockchain y su capacidad descentralizadora y de digitalización de activos, así como la IAl y el machine learning, con sus posibilidades de automatización de procesos.
Las tendencias más candentes las tenemos en el metaverso y la Realidad Aumentada, con todas las posibilidades que nos ofrece a la hora de digitalizar nuestras operaciones
Todas estas tendencias, que yo he dividido en apartados, están en realidad totalmente interconectadas y en muchos casos se retroalimentan unas a otras. En ese sentido, no podríamos considerar el teletrabajo ni la volatilidad en los mercados sin los avances tecnológicos que los han hecho posible. Ni la importancia de la autosuficiencia sin los problemas de suministro; por poner solo dos ejemplos.
Hay una tendencia más que se viene dando desde que yo tengo uso de razón, que se está demostrando como cierta y que la tendremos que tener necesariamente en cuenta; es la tendencia a que los cambios se producen, cada vez, de una manera más acelerada.
