Todos tenemos la sensación, y según van pasando los días va incrementándose, que muchas cosas ya no volverán a ser como eran.
Se me vienen a la cabeza las ideas del libro de Yuval Noah Harari “Sapiens” de animales a dioses, y la reflexión a las que nos lleva la situación actual, en la que un virus, ha cambiado drásticamente nuestras vidas y colapsado la economía.
Cuando superemos la crisis, esperemos que de forma rápida y con el menor impacto posible, especialmente vidas humanas, parece lógico pensar que, en general, seguirán las mismas tendencias y una vez las empresas recuperen su ritmo habitual continuarán, y en algunos casos acelerarán, por razones obvias, sus procesos de transformación digital.
No obstante, algunas tendencias, en esta “nuevas etapa” postcrisis, adquirirán una relevancia especial:
- Los valores, está siendo el momento de su manifestación y de apreciar su extraordinaria importancia a la hora de dirigir una organización más allá del día a día y cuando realmente son necesarios.
En los próximos años, movilizar la cultura organizacional se convertirá ¡por fin! en una de las prioridades de las empresas.
- El teletrabajo, modelo necesariamente de moda durante la crisis y que, una vez descubierto y bien desarrollado, pasará a formar parte de los esquemas de flexibilidad laboral de un gran número de compañías e instituciones, incluso las que tradicionalmente han sido más reticentes a utilizarlo.
- Los modelos de riesgo operacional y sus planes de continuidad de negocio, que en general, todas las empresas deben (y dicen) tenerlos y que en muchos casos se habrán echado en falta a la hora de la verdad.
- Los ecosistemas, en los tiempos actuales, la complejidad, la colaboración o la innovación solo es posible abordarla con la inteligencia colectiva desarrollada en plataformas y ecosistemas digitales aprovechando sus efectos de red.
- La hiperautomatización de los procesos, tanto internos como externos, previsiblemente se producirá una aceleración en los planes de automatización de las actividades rutinarias que se puedan ejecutar en remoto.
- La nube, tecnología que ha resultado esencial para mitigar el impacto en la actividad. Seguramente se acabará el debate sobre su implantación en la compañía, para abrir otro sobre cuál es la mejor y forma más segura de aprovecharla.
- Las Herramientas colaborativas “online”, el avance de las nuevas formas de trabajar más colaborativas y con mayor empoderamiento como “agile”, demandan plataformas digitales que faciliten su desarrollo y las potencien como modelos de futuro.
Como decía Winston Churchill: “Soy optimista. No parece de mucha utilidad ser cualquier otra cosa”.
