Al frente de una de las compañías españolas más reconocidas por su capacidad de innovación, sostenibilidad y expansión internacional, Pilar Martínez-Cosentino afronta el reto de liderar una nueva etapa sin renunciar a la esencia familiar que define el ADN de Cosentino. En la presente entrevista, reflexiona sobre cómo equilibrar tradición y profesionalización, consolidar un modelo de gobernanza moderno y seguir impulsando, desde Almería al mundo, un propósito claro: hacer diseño con sentido y para las personas.
Cosentino es un buen ejemplo de tradición e innovación. Tradición por el legado de nuestros orígenes, vinculados a la piedra natural y las canteras. Ese “saber hacer” artesanal y de máxima calidad ha sido la base para innovar en un sector alejado del I+D, desarrollando productos disruptivos como Silestone® o Dekton®. La gestión familiar ha marcado nuestro modelo, configurando un ADN con la persona en el centro. Pero la expansión internacional y el crecimiento nos han llevado a evolucionar: nuevas áreas, directivos, consejeros independientes y asesorías externas. Una evolución natural donde la anticipación y la flexibilidad son claves ante un entorno cada vez más exigente.
En nuestro caso no ha sido algo forzado. La innovación estuvo siempre, desde el origen, fruto del espíritu de superación y emprendimiento de nuestra comarca y provincia. La única forma de crecer era innovar: crear productos diferenciadores en piedra que nos permitieran competir en España y, sobre todo, en el exterior. En esa ecuación entra el talento, que abunda tanto en nuestra provincia como en Andalucía y en toda España, y que necesita apoyo y oportunidades.
Por eso, innovar está en la base de todo y es un valor constante. No solo en lo industrial o de producto, con I+D y avances punteros, sino como una actitud transversal. Está presente en distribución y comercial (como con nuestros “City” y “Studio”), en RRHH y formación (FP Dual, y programas como Designia, Impulsa, Proyecta) y en economía circular, con energías limpias, gestión de residuos y tratamiento de aguas en nuestro Parque Industrial.
Compartir una visión común, clara y definida del proyecto empresarial es clave. Para todos nosotros, familia y equipo directivo, Cosentino es un proyecto a largo plazo, de futuro. Ello supone, seguir invirtiendo, seguir innovando, y continuar “vistiendo” unos valores que son innegociables. Luego, por supuesto, tienen que existir y fomentarse espacios que generen confianza, y dónde la comunicación honesta y transparente sea constante.
Hay que cuidar constantemente los vínculos, ser coherentes en las decisiones y siempre honestos. Esto se articula en una estructura clara con órganos de gobernanza bien definidos. En el Consejo de Administración, en el Comité Ejecutivo y, más recientemente en el Comité de Dirección, en nuestro caso. Todo ello nos genera desde hace tiempo una gobernanza efectiva y operativa, dónde todos los intereses y perspectivas están alineadas.
Hace unos meses dimos un nuevo paso en este proceso ya planificado desde hace mucho, y que nos garantizaba un relevo generacional ordenado. El Consejo de Administración me nombró nueva Consejera Delegada de la compañía como parte del plan de sucesión. Y mi padre, Francisco Martínez-Cosentino, que hasta ese momento ejercía como Presidente y Consejero Delegado, pasaba a ostentar el rol de Presidente.
Creemos que era el momento adecuado y que, junto a otros nombramientos y movimientos como la creación de un Comité de Dirección, reforzamos sin duda nuestro modelo de gobernanza. Por un lado, establecemos una separación entre las funciones del Presidente y del Consejero Delegado. Y al mismo tiempo, seguimos combinando la experiencia acumulada durante décadas con un management más joven.
Subrayar de nuevo que cuento con un equipo muy importante a mi alrededor y una sólida estructura de gestión; una estructura de planificación y de anticipación que nos permite identificar múltiples escenarios, y luego ser flexibles y ágiles en la toma de decisiones.
En lo que a nivel personal se refiere, afronto el reto con máxima ilusión, y aún mayor responsabilidad. Tengo claro que debemos continuar con ese espíritu de mejora permanente que es lo que nos ha posibilitado evolucionar en las últimas décadas, y que nos puede seguir facilitando ser competitivos a futuro. Y como visión del modelo de negocio, avanzar en nuestro propósito que es hacer diseño con sentido y para las personas. Vincularnos más con la creatividad y el diseño al objeto de aunar funcionalidad y calidad técnica, junto con una estética inspiradora. Y ello llevarlo a otros sectores o nichos, más allá de la cocina, como son el baño, las fachadas, los revestimientos o los grandes proyectos constructivos.