Según un reciente estudio de la consultora Gallup, el 36% de la fuerza laboral en España reconoce sufrir estrés como consecuencia del trabajo, y un 25% confiesa sentir tristeza en su día a día laboral. De hecho, solo un 9% está comprometido con su trabajo, y cerca de un 70% cree que nuestro país no es un buen lugar para buscar empleo. Sin duda, una preocupante radiografía que -reforzada por las alarmantes tasas de absentismo, que se sitúan en España por encima del 7%, y por el coste económico asociado al estrés laboral y la baja productividad, cercano a los 300 millones de euros anuales- pone sobre la mesa, aún con más rotundidad si cabe, la importancia capital de actuar de forma decidida sobre el concepto de Wellbeing 360.
Pero, ¿de qué se compone hoy el bienestar a ojos del talento? ¿Qué ha de reunir una correcta estrategia de Wellbeing 360? ¿Cómo cuidar y satisfacer al empleado en 2024? Sobre los principales factores que influyen en el bienestar laboral, expertos como los de Universo Organizacional destacan:
En opinión de Patricia López, Directora de Bienestar Corporativo en Mercer Marsh Benefits, «hoy en día numerosos estudios científicos avalan la estrecha relación que existe entre todos los sistemas de nuestro organismo en todos los ámbitos, como por ejemplo la influencia que tiene nuestro sistema digestivo sobre determinadas funciones cerebrales. De la misma manera, el estado emocional y de salud mental repercute de manera directa sobre nuestra salud física. En el pasado, le hemos estado dando la espalda a la realidad, llevando a cabo abordajes en materia de bienestar como si los ámbitos de influencia y actuación fueran independientes el uno del otro».
En la misma línea, la experta de Marsh Benefits insiste en que «hoy en día sabemos que para garantizar el estado de bienestar en las personas tenemos que trabajar todos los ámbitos del bienestar de manera transversal. Es decir, que el equilibrio solo se puede alcanzar si trabajamos de manera estructurada y sostenible tanto el bienestar físico como el emocional, el social, el profesional y el financiero y, por ello, las organizaciones han de tener en cuenta todos estos ámbitos de actuación a la hora de establecer sus políticas corporativas, y a la hora de definir los objetivos y valores de la compañía».