En los últimos años, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha emprendido importantes transformaciones e iniciativas con el objetivo de fortalecer la estabilidad y la transparencia del mercado financiero español. La armonización regulatoria europea, la reforma de la Ley del Mercado de Valores y el impulso de la digitalización en la supervisión, son algunos de los retos que se han afrontado bajo la presidencia de su Presidente, Rodrigo Buenaventura.
Para la CNMV como institución, el principal reto es la continuación del esfuerzo en digitalización y algunos aspectos de mejora en el régimen económico financiero que nos permitan tener más estabilidad. Sin embargo, para el mercado de valores español existen una serie de retos de mucho mayor dimensión. Uno de ellos es el propio desarrollo del mercado. En segundo lugar, la dimensión de las finanzas sostenibles, que todavía tiene que desarrollarse y desenvolverse de forma adicional. Y en tercer lugar, la entrada en vigor de la regulación europea de los criptoactivos, el reglamento MICA, a finales de este año.
El mercado de valores en España es esencial para financiar la recuperación. De hecho, sin mercado de valores no vamos a ser capaces de financiar la recuperación económica, no solo en España sino en el conjunto de Europa. Es un mercado sólido pero, en términos de profundidad de liquidez y de desarrollo, el mercado español y el europeo todavía tienen mucho recorrido que transitar para parecerse al mercado estadounidense, que es el que financia su economía de forma más eficaz entre los territorios de comunidades desarrolladas.
Una prioridad política y regulatoria de primer orden debe ser, precisamente, reforzar la palanca que supone el mercado de valores para poder financiar las compañías europeas, porque sin ese mercado de valores no seremos capaces de financiar la transición ecológica y la transformación digital.
Sí, se están tomando medidas en esa dirección y, de hecho, las estamos tomando desde hace una década a nivel europeo y español, pero se han demostrado insuficientes para potenciar de verdad el desarrollo de esos mercados. Hará falta, por lo tanto, un nuevo impulso político -que veremos si llega con el nuevo Parlamento Europeo y la nueva Comisión Europea que conoceremos este año- para apostar con más decisión en esa transformación.
Todo el fenómeno de las nuevas tecnologías ha impactado en la forma en la que los mercados financieros están funcionando, y también en cómo los supervisores estamos supervisando. El caso europeo es paradigmático porque hemos sido la primera jurisdicción en desarrollar una norma específica sobre los criptoactivos y la tecnología blockchain, y por la resiliencia operativa ante los ciberataques. Estas dos normas van a enmarcar esta cuestión en los próximos años y suponen uno de los principales retos de adaptación regulatoria del sector. Pero, más allá de eso, el sector financiero está innovando cada día y estamos empezando a ver productos y servicios que se benefician de esas nuevas tecnologías de un modo en el que el inversor y la compañía obtienen algo mejor de lo que tenían antes.
Hay que distinguir las actuales criptomonedas de lo que pueden llegar a ser los criptoactivos. En las actuales criptomonedas creo que predomina el elevado riesgo y la poca sustancia, en lo que conocemos hoy en día. Lo que podemos llegar a tener como criptoactivos, que puedan llegar a ser instrumentos financieros con tecnología cripto, es mucho más prometedor que las actuales criptomonedas. Hoy por hoy predominan mucho más los riesgos y la volatilidad y la falta de sustancia que el valor añadido, sin duda.
Dejando a un lado la cultura, en la que obviamente entran en juego factores idiosincráticos y sociales que inciden directamente en nuestras decisiones, lo cierto es que la educación financiera es absolutamente clave para la salud financiera de los ciudadanos. La CNMV y el Banco de España impulsamos desde 2012 el Plan de Educación Financiera al que recientemente se ha unido el Ministerio de Economía, Dentro de este marco desarrollamos desarrollamos programas de educación financiera juveniles y universitarios y para adultos.
No obstante, en este tema hay que ser ambiciosos. Es necesario mejorar la cultura financiera y en eso, la educación es solo una parte. Este empeño debe ser de toda la sociedad, no solo de las instituciones supervisoras. Creo que España debería contar con una estrategia nacional de educación financiera. Eso es un esfuerzo a muy largo plazo pero que, sin duda, acaba dando sus frutos en términos de mayor estabilidad financiera, mayor cultura financiera de los ciudadanos y mejores carteras de inversión para los individuos.
Desde la CNMV lo que promovemos es un marco de transparencia e información para que los ciudadanos y los clientes financieros puedan tomar las decisiones más oportunas en cada momento. Nosotros, así como el resto de supervisores de valores a escala global, estamos centrados en que la información sobre los productos y sus características de sostenibilidad sea lo más precisa, veraz, comparable y fiable posible para que sean los inversores los que tomen esas decisiones. En ese sentido, a nivel internacional se ha avanzado mucho en 2023 con la aprobación de los estándares internacionales de información de sostenibilidad, y a nivel europeo tenemos probablemente la regulación más avanzada del mundo en esta materia.
En este tiempo, ha sido muy destacable el proceso de armonización regulatoria europea que se ha completado en los últimos años. Otro hito muy importante ha sido la reforma de la Ley del Mercado de Valores aprobada en marzo de 2023 y que ha traído consigo ciertos cambios en la estructura institucional y en la adecuación de la normativa a la realidad del mercado español. Por supuesto, un elemento primordial ha sido el desarrollo y el impulso de la digitalización de la supervisión y de la autorización en el registro de las funciones de la CNMV; un proceso que continúa en el tiempo y que no se puede dar nunca por concluido. Y finalmente, el incremento de la dimensión de la plantilla de la CNMV de forma importante con 76 nuevas plazas que se incorporarán en los próximos meses y que supondrá situarnos por encima de los 530 empleados, un nivel homologable al de nuestros colegas europeos.