Sí, la escucha activa en la empresa es y seguirá siendo vital. Más si cabe ante el eterno desajuste entre las promesas de la organización y la experiencia real del empleado que a día de hoy sigue existiendo, siendo incluso una de las principales causas de rotación no deseada.
En este sentido, los analistas no tienen ninguna duda: alinear la propuesta de valor (EVP) con lo que realmente se vive es un reto urgente para las compañías. Las más avanzadas están utilizando tecnologías de people analytics y plataformas de feedback continuo para identificar y cerrar ese gap. Sanitas ha integrado bienestar físico, emocional y financiero en su EVP, validado a través de encuestas internas y medición de clima. Securitas Direct analiza patrones de abandono desde la fase de onboarding, y Heineken ha personalizado sus itinerarios de carrera y beneficios en función de perfiles generacionales, geográficos y de motivación. El resultado: menor rotación, mayor satisfacción y una reputación interna más fuerte.
Escuchar no es un acto pasivo. Es un compromiso con la mejora continua. Implica recoger información valiosa y, sobre todo, actuar en consecuencia. Para que la escucha sea efectiva, debe basarse en tres pilares fundamentales, según los expertos de Happÿdonia:
Ante este nuevo horizonte laboral, el área de Recursos Humanos no solo habrá de acompañar a la estrategia, sino también -y sobre todo- de impulsarla.
Sin duda, un nuevo mandato para RRHH para el que -tal y como subraya el informe ‘World of Work Trends 2025’ de Top Employers Institute-, habrá de transitar de gestor de procesos a diseñador de experiencias significativas, y de ejecutor táctico a arquitecto cultural.