“A principios de los 90, lo más importante era ser experto en hacer cosas pequeñas -por ejemplo, hacer las tapas de los bolígrafos Bic-. Eso era lo que la gente buscaba porque estábamos en la última etapa del mundo industrial. El perfil más buscado hoy en Londres es el de antropólogo digital. Un perfil tan difícil de definir que nadie sabe qué es”.
Son palabras de Carlos Barrabés, presidente y fundador de Barrabés, quien, días previos a su participación en la jornada ‘¿Puede España competir en talento?’ organizada por APD en colaboración con Adecco, sintetizó en unas palabras la velocidad a la que se mueve el mundo en el que nos encontramos y cómo su constante evolución hace que surjan nuevos perfiles profesionales para intentar explotarlo y comprenderlo.
Un mundo que, con la irrupción de las tecnologías de la información y la comunicación, poco o nada tiene que ver con lo que era hace menos de 30 años. Ante esta situación, empresas de todos los sectores se enfrentan al reto de transformarse al vertiginoso ritmo de cambio impuesto por la digitalización, y requieren de profesionales capaces ya no de adaptarse al cambio, sino de anticiparse al mismo.
Todo esto ya lo habíamos escuchado, cierto. Pero, ¿habían oído hablar del antropólogo digital? Un profesional que en los últimos cinco años se ha convertido en el perfil más demandado por las principales compañías multinacionales. Sus habilidades ya forman parte de los programas formativos de las más prestigiosas universidades y escuelas de negocio y medios internacionales como Forbes o The New York Times les han dedicado numerosas páginas.
Sin embargo, mientras no hay empresa en la City que prescinda de él en su plantilla, son muchos quienes desconocen -como advertía Barrabés- sus competencias y en qué beneficios se traduce su presencia en una organización.
En esta vorágine cibernética en la que nos encontramos, los antropólogos digitales o ciberantropólogos han irrumpido en algunas de las compañías más punteras del mercado internacional. Y todo apunta a que han llegado para quedarse. La cuestión es: ¿por qué es tan importante su labor en la empresa?
Estos nuevos profesionales se encargan de analizar la relación que los seres humanos están estableciendo con el mundo digital y las nuevas tecnologías. Son capaces de descifrar las implicaciones sociales y culturales que pueden traer consigo determinados desarrolloscomo, por ejemplo, la impresión 3D, o las consecuencias que los medios sociales y otros fenómenos digitales pueden provocar en la sociedad.
Gracias a su capacidad de análisis y anticipación, han sido requeridos para trazar las estrategias digitales de grandes compañías como Microsoft, Nokia o British Telecom e investigar la potencialidad y viabilidad de algunos de los desarrollos que podrían lanzar al mercado en el futuro.
¿Hacia dónde deberían encaminarse? Un ejemplo. Según un reciente estudio elaborado por el departamento de Ciberantropología de la London’s Global University, uno de los pocos centros de todo el mundo que cuenta con un máster en esta novedosa área, los consumidores están recurriendo cada vez más a las imágenes y su comunicación está siendo cada vez más visual. Sólo hay que mirar el increíble crecimiento que han experimentado plataformas como Snapchat o Instagram, dedicadas casi exclusivamente a la producción y distribución de imágenes y vídeos.
El lenguaje visual se ha convertido de un tiempo a esta parte en una tendencia mundial y, según los investigadores, las generaciones futuras pueden volverse altamente dependientes de él.
Así, al mismo tiempo que las imágenes están cobrando cada vez más importancia, las palabras parecen estar en clara decadencia. “Como los consumidores simplifican su lenguaje cada vez más a través de las imágenes, existe una necesidad urgente de dedicar más tiempo a entender el rico material visual que las personas producen y a adoptar métodos formales para hacerlo”, explica Nick Gadsby, profesor de Antropología Digital de la universidad londinense.
En la Era de la información y la comunicación digital, la transformación y la adaptación a las tendencias de consumo no es una opción para toda compañía que aspira a tener éxito en un mercado cada vez más global; se trata de una obligación. Aquellas empresas que sean capaces de entender el mundo y las dinámicas de los consumidores, anticipándose a ellas, podrán liderar en sus respectivos mercados. Y no cabe duda de que los antropólogos digitales podrían tener la llave para posicionarles en lo más alto.