La figura del controller se ha vuelto indispensable en las organizaciones durante los últimos años. Las funciones del controller financiero han evolucionado y el contexto ha ayudado también a la transformación de la profesión. El controlling moderno ya no se ciñe básicamente a coordinar la elaboración del presupuesto y a medir e informar sobre desviaciones. Las mejores empresas han descubierto en la función un punto de apoyo extraordinario para asegurar que los objetivos estratégicos se cumplen.
El controller financiero es el responsable de la supervisión de las finanzas y la contabilidad de la empresa. Gestionar, evaluar y controlar los riesgos económicos de la compañía son los tres pilares fundamentales sobre los que se basan sus diferentes funciones. Si bien, las funciones del controller financiero también pasan por coordinar el departamento de finanzas y la dirección, con el objetivo de supervisar las estrategias financieras y garantizar la consecución de objetivos.
En un entorno de incertidumbre y cambiante como el actual, el controller también deberá estar al tanto de las tendencias tecnológicas, sociales y económicas. Eso le servirá para analizar las posibles incidencias de la empresa y advertir a la dirección sobre oportunidades de mejora.
Según un estudio elaborado por Spring Professional (Grupo Adecco), los perfiles financieros más demandados están siendo aquellos que ayudan a definir el estado de las ratios y los balances. Ya se han librado de la congelación salarial de 2020/21 y experimentan un aumento de sueldos.
El control financiero pasa por establecer los KPIs para el seguimiento de los riesgos económicos del negocio. De esta forma, el controller podrá hacer un seguimiento diario para detectar desviaciones presupuestarias y comprobar que se cumplen las normas en térmicos de gestión de los recursos financieros.
De la misma forma, su labor también se centra en supervisar el cumplimiento de los objetivos y obligaciones fiscales y contables, según la normativa vigente.
Una de las funciones principales del controller también es supervisar las cuentas anuales de la empresa. Su seguimiento y estudio será fundamental para evitar cometer errores y planificar las estrategias de la empresa.
Gracias a las conclusiones extraídas de estos informes, el controller podrá encargarse de la coordinación y gestión de la preparación de presupuestos y previsiones financieras, la elaboración de balances mensuales y otros informes periódicos.
El responsable del control presupuestario no solo debe hacer seguimiento de los KPIs de la organización, sino también estar al día con los diferentes trámites a realizar. Es fundamental llevar un control de los plazos existentes en la administración, para evitar fraudes y posibles retrasos.
Es fundamental contar con un calendario anual con las fechas clave y estar prevenidos con toda la documentación que pueda ser necesaria.
El controller deberá tener un contacto directo con todas las áreas de la empresa. Todos los departamentos realizan algún tipo de gestión financiera, de la que debe estar al tanto. De esta forma, contará con una visión global y unificada de la organización.
Entre sus funciones se encuentra la de coordinar las diferentes áreas funcionales y ajustar las diferentes partidas. Además, al contar con esa visión general, su aportación será determinante a la hora de escoger una estrategia u otra en cuanto a la inversión en nuevos productos o mercados.
El controller financiero es el responsable de la supervisión de las finanzas y la contabilidad de la empresa
El controlador financiero se asegura de que las organizaciones se mantengan financieramente estables y fortalecidas. Al conocer los indicadores y herramientas más adecuadas para el sector en el que opera, podrán aplicarse diferentes acciones de la forma más acertada.
De esta forma, en sus tareas está administrar el capital y los fondos de la empresa.
Otra de las funciones del controller incluye la elaboración de informes que permitan identificar los niveles de desempeño de la empresa. Además, han de garantizar el cumplimiento de las obligaciones contables y fiscales, a fin de reportar tanto a la dirección general como a los auditores externos e internos.
Como se ha recogido anteriormente, aunque la figura del controller estará siempre ligada al control y la supervisión, su evolución en los últimos años ha hecho que se sitúe también en las primeras posiciones del organigrama empresarial. Sus conclusiones serán claves para la toma decisiones estratégicas para la compañía.