¿Cuál es el perfil de un director financiero? ¿Cómo ha evolucionado su rol en las últimas décadas? Es evidente que el CFO (Chief Financial Officer en inglés) está en constante evolución. Esto se debe, principalmente, a la digitalización de los sistemas de información, la automatización y la robotización. Tanto es así, que el CFO ha pasado de ser un gestor de finanzas, a tener una influencia fundamentalmente estratégica en las compañías.
Las diferentes responsabilidades del director financiero, sus competencias y su aportación en las compañías han ido creciendo de forma exponencial en las dos últimas décadas. La función del CFO del futuro va mucho más allá de la gestión de la contabilidad y ser responsable de la administración. Ahora su rol exige numerosos conocimientos extra.
Entre otras cosas, es fundamental que tenga una visión tecnológica y estratégica global. Una perspectiva que incluya a todos los niveles de una organización. Son los encargados de construir una hoja de ruta integrada que contenga la toma de decisiones y el desarrollo de acciones para lograr los objetivos de la empresa. En resumidas cuentas, un CFO es un pensador crítico, un estratega y un productor de insights financieros.
A continuación, resumimos las principales funciones y responsabilidades que debe tener el director financiero o CFO del mañana:
El CFO es un embajador de la innovación dentro de la estructura empresarial. Un director financiero de éxito no puede verse intimidado por las nuevas tecnologías. Ha de ser capaz de aportar valor a la empresa a través de su conocimiento de las herramientas digitales. Y, también, de incluirlas como parte fundamental de la estrategia financiera.
Automatización, blockchain e incluso Inteligencia Artificial ya están estrechamente ligados con los departamentos financieros. Por ello, integrar e implementar estas nuevas soluciones en las compañías permitirá una toma de decisiones más rápida y fundamentada.
Los directores financieros del futuro deben ampliar sus competencias tradicionales, más allá de la gestión financiera. Asumir su papel en la gestión del riesgo, la previsión y la estrategia a largo plazo. De esta forma, una mentalidad estratégica requiere el entendimiento de la situación actual en la que se encuentra la empresa y su entorno para el desarrollo de estrategias a futuro. En otras palabras, un director financiero comprende que el éxito del mañana depende de la creación de la estructura financiera adecuada hoy.
Ahora bien, ¿cómo se logra eso? Cumpliendo el rol que, en realidad, debe tener todo CFO: transformando ese conocimiento en estrategias para el incremento de los beneficios. Eso sí, sin olvidarse del aumento de la rentabilidad de las ventas, la reducción de los costes y la gestión de los activos de capital. En este sentido, el director financiero debe trabajar junto al director general para crear un plan financiero viable. Una hoja de ruta que lleve a la empresa a través de futuras etapas de crecimiento, al mismo tiempo que se alineen los objetivos financieros con los objetivos globales de la empresa.
Otra de las funciones de un director financiero del futuro es que debe tener una mentalidad centrada en los datos y promover el desarrollo de una cultura orientada a datos dentro del propio departamento financiero.
El análisis de datos juega un papel crucial en la estrategia financiera, ya que el seguimiento exhaustivo y constante de las métricas financieras es la única manera de proporcionar información de valor al CEO.
Por ello, uno de los requisitos principales del director del área financiera es que sea un data-driven, es decir, una persona que trabaja con los datos, los explora y toma decisiones basadas en ellos (data-driven decisions).
La llegada masiva de las nuevas tecnologías también supone una mayor complejidad técnica, lo que conlleva a más oportunidades para los departamentos financieros. Buscar la seguridad de los datos, conseguir un mayor control de ellos y conocer mejor a los competidores se convertirán en requisitos fundamentales, precisando para ello expertos en ciberseguridad y competencias en gestión de riesgos. Asimismo, uno de los deberes de los CFOs será reducir el riesgo dentro de la organización, y no solo a nivel financiero.
Un director de finanzas debe tener una gran capacidad para ser flexible y adaptable a los cambios que vayan apareciendo en el mercado, sobre todo en un entorno tan digital como el actual en el que todo evoluciona a pasos agigantados. Pensar de forma estratégica implica flexibilidad y visión de futuro para la toma de decisiones difíciles que aseguren el crecimiento a largo plazo de los recursos financieros de la empresa.
Las estadísticas, los datos y el análisis de los mismos se están volviendo cada vez más cruciales para las empresas, no solo para encontrar nuevos mercados, segmentos o generar ingresos, sino para comprender, optimizar y controlar los gastos. Como consecuencia, será necesario que el CFO apueste por la Inteligencia Artificial y la robotización de procesos para gestionar los datos. Para ponernos en contexto, en el año 2018, solo el 2% de los departamentos de finanzas estaba dispuesto a recurrir al uso de robots para acelerar la generación de efectivo y mejorar el rendimiento.
Tener acceso a datos de calidad es esencial, pero todavía más importante es que estos sean transformados en narrativas que susciten el entendimiento y la llegada de las conclusiones. Para lograr una buena toma de decisiones financieras hará falta una adecuada visualización de los datos que, más tarde, se transformará en informes y cuadros de mando eficientes. El cuadro de mando financiero ideal debe ser sencillo, fácil de entender y focalizarse en KPIs (Key Performance Indicators; indicadores clave que miden el rendimiento).
El CFO será una persona clave para retener y adquirir talento. En un futuro próximo, las competencias relacionadas con control y transferencia de datos entre departamentos serán altamente valoradas. Por ello, el director financiero deberá asegurarse de estar rodeado de perfiles “todoterreno”, capaces de manejar problemáticas concretas de negocios y diseñar planes estratégicos.
La última habilidad imprescindible que destacar en el CFO del futuro es su capacidad de adaptarse a las nuevas tendencias que demande el mercado, como la automatización del sistema de reporting o la implantación de programas para la reducción de costes. Todas las últimas tecnologías con las que convivimos en nuestro día a día se trasladan a nuevos conocimientos y evolución de las funciones que debe abordar el director financiero del mañana. Automatización, outsourcing, globalización, internacionalización, pagos electrónicos, ecommerce… Todos estos alcances implican, además, un conocimiento profundo tecnológico, así como unas habilidades sociales e informáticas como valor añadido.
Volviendo a la pregunta que nos planteábamos al inicio sobre cómo es el perfil profesional del director financiero del futuro, hablamos de un auténtico líder en la organización, que gestiona las operaciones financieras y cuya influencia va mucho más allá de su propio departamento, ayudando a la toma de decisiones estratégicas en todos los niveles y a la construcción de estrategias financieras vinculadas a los objetivos generales de la compañía a largo plazo. Tener una mentalidad estratégica y data-driven, ser flexible a lo hora de enfrentarse a cambios o estar al día de las nuevas tendencias tecnológicas, son algunas de las habilidades que se convierten en imprescindibles para un CFO de éxito.
