La tendencia financiera del futuro deberá ir enfocada a ofrecer soluciones que vayan más allá de las opciones clásicas de financiación y gestión. El sector bancario debe ser líder en transformación digital, lo cual le permitirá entrar a apoyar a las empresas proporcionando herramientas innovadoras que sirvan para analizarlas transacciones y enriqueciendo los procesos de control interno.
Por su parte, los departamentos financieros cada vez están más enfocados a la gestión de riesgos a través de la mejora de procesos. Además, las diferentes normativas fiscales, o potencialmente las referidas a periodos medios de pago, van a requerir de nuevas herramientas y mayor tiempo de gestión.
Por ello, imagino un futuro en el que, por ejemplo, la entidad bancaria aporte a la empresa alertas de riesgos potenciales al analizar las corrientes de pagos, o que proactivamente ayude a cumplir con la normativa de prevención de la morosidad, al proporcionar herramientas, estadísticas, análisis y sistemas de alerta.
Se trata de un futuro en el que la entidad financiera pasa de ser un proveedor a comportase como un socio estratégico.