El sector financiero se encuentra actualmente inmerso en un doble reto: propiciar la recuperación económica y culminar una compleja transición caracterizada por el cambio disruptivo en el comportamiento de los clientes y los tipos de interés negativos.
Desde el principio la banca se erigió como parte de la solución para frenar el primer impacto de la crisis provocada por el coronavirus
El primero de estos desafíos supone seguir teniendo el papel determinante que hemos asumido desde el inicio de la crisis sanitaria. Desde el principio la banca se erigió como parte de la solución para frenar el primer impacto de la crisis provocada por el coronavirus, y pasado este tiempo, nuestro compromiso continúa siendo apoyar a las familias, a los autónomos y a las empresas en este recorrido hacia la recuperación económica.
El segundo reto es el escenario actual, caracterizado por la caída de los márgenes, derivada de unos tipos de interés negativos que, previsiblemente se mantendrán así hasta el final de esta década. A este contexto se suma un profundo cambio en los hábitos de nuestros clientes, cuya digitalización se intensifica, y que nos exige seguir innovando para continuar ofreciendo el mejor servicio.
En estas circunstancias, resulta crítico trabajar con antelación para asegurar la sostenibilidad a largo plazo, y CaixaBank lo ha hecho, anticipándose para tener un papel protagonista en el diseño de la banca del futuro. La integración de Bankia nos permitirá ganar en eficiencia y robustez financiera para desplegar los nuevos modelos de negocio que requiere la era digital, manteniendo nuestra profunda vocación social y garantizando la no exclusión financiera.
En 2021, el avance en el proceso de vacunación sentará las bases para la recuperación de los sectores más impactados por la pandemia. En paralelo, será imprescindible la excelencia en la gestión de los fondos europeos y la colaboración público-privada para afrontar entre todos el futuro con éxito.
Este camino de salida debe garantizar, no lo olvidemos, la sostenibilidad, satisfaciendo las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones, favoreciendo el crecimiento económico inclusivo y el bienestar de toda la sociedad, para que, una vez conquistada la recuperación, podamos mirar atrás con la satisfacción de haber actuado con rigor y responsabilidad.
