De cara a la sociedad, a la vida, vivimos regidos por una serie de normas, implícitas y explícitas, que hacen que el mecanismo de nuestra existencia se mantenga en constante evolución positiva y en perfecto funcionamiento; y si nos salimos de estas normas, dejamos paso al caos. En las empresas ocurre lo mismo: para mantenerlas en perfecto funcionamiento hay que seguir unas reglas. En este punto es donde cobra importancia el “Buen Gobierno de una Empresa”.
Cuando hablamos de las “Políticas de Buen Gobierno” dentro de una empresa, nos referimos a todos esos principios, procedimientos y normas que hay que seguir para su pleno funcionamiento. En el caso de una empresa familiar, estas normas deben convivir en sus dos realidades y así, familia y empresa, generar órganos de interrelación para una gestión prolífera y correcta. Pero, ¿cómo debemos implementar estas normas?
Según explica a APDFrancisco Fita, Socio de Gómez-Acebo& Pombo Abogados y principal ponente de la jornada APD ‘El Buen Gobierno en la Empresa Familiar’ que se celebramañana en Murcia, las principales herramientas que debemos tener para implementar estas políticas son tres:
“Las Familias y las Empresas deben de rodearse de profesionales que les acompañen en este tránsito, pero la máxima responsabilidad es del Consejo de Administración que además deberá de involucrar a la Familia y a los socios”, añade el experto.
Estos órganos de gobierno encargados de establecer estas políticas para el buen gobierno tanto de la familia como de la empresa, responden a una tendencia en alza en la actualidad: “El mercado demanda ahora transparencia, rigor, profesionalidad, por lo que los órganos de gobierno de las empresas deberán adaptarse y establecer políticas de buen gobierno corporativo y buen gobierno familiar”, asegura Fita.
Porque nadie quiere una empresa enferma y a la deriva, “los terceros involucrados en relación con la empresa también empiezan a exigir estas políticas que generan seguridad y buen funcionamiento en la empresa”, puntualiza.
Pero no todo queda en la búsqueda de estos valores, sino que hay que saber sortear y solventar todo tipo de problemas que surgen en el funcionamiento de las empresas familiares. Francisco se atreve a añadir que de todos estos problemas “en la empresa familiar el más común es la injerencia de la familia en la gestión empresarial”.
Para una solución inmediata y duradera que asegure el buen funcionamiento de una empresa familiar, nuestro experto lo tiene claro: el Gobierno debe ser correcto y acertado.
