Silver Economy es la economía del envejecimiento o economía plateada. Es así como se ha venido a llamar al sector de producción y distribución de servicios orientados a las personas mayores. Este modelo se apoya en el paulatino incremento de la esperanza de vida, unido a una mejora de las condiciones vitales de la población y de sus capacidades económicas.
La preocupación por las personas de la tercera edad ha motivado que las sociedades actuales monitoricen sus necesidades para ofrecerles la mejor calidad de vida. Como no podía ser de otro modo, las empresas no han sido ajenas a esta tendencia.
El origen del concepto de la «economía de plata» puede rastrearse hasta la sociedad japonesa de 1970, momento en que la oferta socioeconómica orientada específicamente al sector de la tercera edad se disparó.
Además, la adaptación de bienes y servicios a las necesidades particulares de las generaciones de mayores está asociada a las ideas de respeto, tradición e integración intergeneracional.
La Unión Europea calcula que el gasto público en esta población alcanzará el 25 % de su PIB en 2060
Este es el motivo por el que la nueva tendencia del consumo ético ha dado un nuevo empujón a este sector, que poco a poco va incrementando su cuota de mercado y que se presenta a los operadores económicos actuales como una de las mejores oportunidades de negocio.
Si la Silver Economy se presenta como una oportunidad de negocio para las empresas. Precisamente, porque afecta a todos los sectores propios de las sociedades desarrolladas.
De hecho, hay expertos que rehúsan señalar «sectores» relacionados, indicando que más bien existen productos y servicios determinados que están habilitados para resultar idóneos al público de la tercera edad.
No hay que olvidar que la orientación de mercado hacia las necesidades de la tercera edad implica adaptar tales productos y servicios para que sirvan a personas con diferentes capacidades físicas, psicológicas y sensoriales.
Se trata, por cierto, de una propuesta transversal que, necesariamente, afecta a todos los sectores de la economía con base en la integración intergeneracional.
Así, existen numerosos ejemplos de productos y servicios orientados a la «economía plateada».
Por ejemplo, el sector financiero es uno de los que más rápidamente se adaptó al incremento de la esperanza de vida de sus consumidores con sus nuevos planes de pensiones y de ahorros y otros productos financieros (pese al innegable fiasco que supuso la introducción de las hipotecas inversas en países como España).
La Silver Economy se presenta como una oportunidad de negocio para las empresas porque afecta a todos los sectores propios de las sociedades desarrolladas.
Los servicios de telecomunicaciones también han adaptado sus dispositivos, ofreciendo fuentes más grandes, botones, dispositivos antirotura…
Y ello por no hablar del sector de los cuidados, donde cada vez aparecen aparatos auxiliares y ortoprotésicos más sofisticados y se incrementa la competición entre agencias de cuidados para la tercera edad.
Por supuesto, esta nueva forma de orientar los productos y servicios ha conllevado la aparición de nuevas formas de consumo. Así, se conoce como cohousing a la práctica de vincular viviendas y gestionarlas de modo colaborativo, en comunidad.
Esta práctica, que puede ser entendida como de consumo o de autogestión, ha puesto de relieve la necesidad del sector servicios de ofrecer a los mayores lugares donde residir que los estimulen adecuadamente y cumplan todas sus necesidades.
Otro ejemplo, que representa una verdadera oportunidad para las empresas capaces de adjudicarse contratos públicos, está en el entramado institucional destinado a satisfacer las necesidades de los ciudadanos de la tercera edad.
La Unión Europea calcula que el gasto público en esta población alcanzará el 25 % de su PIB en 2060, y la inversión total a nivel global se estima en 15 billones de dólares en cuestión de un par de años.
Ningún experto duda en señalar el sector sanitario como uno de los más beneficiados por la economía de plata. El incremento en la salud y la esperanza de vida pasa por un mayor sistema de prevención, tratamiento y medicación, por lo que las empresas médicas y farmacéuticas serán las que acusarán un mayor crecimiento.
Sin embargo, dentro del sector de la sanidad cobra cada vez más peso la preocupación por la prevención. De modo que las empresas dedicadas a envejecimiento saludable, nutrición, turismo y ocio también tienen su filón en la economía plateada.
El incremento de la esperanza de vida conlleva un envejecimiento de las poblaciones actuales, configurando un nuevo consumidor estrella: la persona mayor
Otro de los sectores con más futuro (donde, además, las Administraciones Públicas están invirtiendo grandes cantidades de dinero) es el de las tecnologías de la información y comunicación (TIC).
La población de la tercera edad es cada vez más solvente con el uso de este tipo de tecnologías. Además, su penetración en la sociedad y su creciente volumen de utilidades hacen que el acceso a las TIC se convierta en un verdadero «derecho» de acceso digital.
En definitiva, el senior marketing y la Silver Economy son conceptos que empezaron a manejarse hace casi 50 años, pero que cada vez están más extendidos y asumidos. Y es que el incremento de la esperanza de vida conlleva un envejecimiento de las poblaciones actuales, configurando un nuevo consumidor estrella: la persona mayor.