Con la llegada de Internet y el uso creciente de las nuevas tecnologías en la sociedad, dentro del mundo empresarial han aparecido nuevos conceptos como small data y big data. Lo cierto es que, en la actualidad, ambos conceptos son muy utilizados en la mayoría de negocios, puesto que suelen aportar beneficios al mismo y facilitar la productividad y el trabajo. Son conceptos relacionados con la llegada de un gran número de información y datos a la empresa.
Sin embargo, ¿cuál de ellos es el más conveniente para cada negocio? Esto se puede decidir atendiendo a muchos factores, desde la actividad que realice la empresa hasta el tamaño que tiene. En cualquier caso, si el Big Data llegó primero, posteriormente apareció su “hermano pequeño” como una solución efectiva para aquellas empresas que no necesitaban tanta cantidad de información.
Las empresas se encuentran con dos sistemas diferentes con los que pueden trabajar: el Small Data y el Big Data. Sin embargo, dependiendo de los objetivos que tenga el negocio, del tamaño del mismo o incluso de la actividad que desarrolla, será más efectivo hacer uso de un sistema u otro. ¿Qué hay que saber de todo esto?
Al hablar de Small Data se está haciendo referencia al proceso a través del cual se utilizan y analizan todos los datos y la información que es relevante para la empresa. Tal y como su nombre indica, es un proceso mucho más simple que el Big Data, sistema por el que se maneja una mayor cantidad de datos. Ese flujo de información forma parte del día al día del negocio y puede afectar en mayor o menor medida a las particularidades y características del mismo. Además, ayudan a que la empresa pueda conocer mucho mejor su entorno, identificar las mejores oportunidades y establecer una relación más fructífera con los clientes.
En este contexto, las medianas y pequeñas empresas (pymes), suelen decantarse por el uso del Small Data, puesto que tienen acceso a una menor cantidad de datos, pero estos les son muy efectivos para impulsar la actividad del negocio. Esto no quiere decir que el Big Data no sea efectivo. Sin embargo, este sistema ofrece numerosos datos e información y, por tanto, suele ser más útil para las empresas de mayor tamaño, tales como las firmas internacionales.
La principal diferencia no es otra que la cantidad de información que analiza cada uno de estos sistemas. El Big Data, por tanto, se utiliza en mayor medida para prever ciertos comportamientos, siempre a gran escala, mientras que el Small Data se centra en descifrar datos menos numerosos y complejos, a través de los cuales se pueda conseguir la información más relevante, los puntos clave de los comportamientos de los clientes y la posterior toma de decisiones.
Por ello, en muchas ocasiones, las empresas toman como referencia el Small Data, teniendo en cuenta que, hoy en día, el cliente siempre es el mayor protagonista en todo el proceso empresarial. En la actualidad, el modelo del Small Data está siendo adoptado por un número creciente de empresas de más tamaño, para así tener la posibilidad de detectar mejor las oportunidades que ofrece el mercado en el que desarrollan su actividad.
En cualquier caso, el Small Data no nace como sustituto del Big Data, sino como un proceso alternativo que puede ser totalmente complementario.
Hacer uso de Small Data para el negocio puede conllevar un gran número de ventajas. La razón es que se conocen de primera mano datos más concretos y de relevancia. Entre los beneficios que se pueden destacar de este sistema, hay que mencionar seis principales.
La implementación de Small Data en una empresa puede ser un proceso medianamente sencillo, puesto que no hace falta tener conocimientos muy técnicos o contar con perfiles profesionales que estén especializados en ello. Además, hay que tener en cuenta que este proceso de implementación es económico, puesto que no hace falta realizar grandes inversiones en tecnología. De esta forma, se puede implementar el Small Data en una empresa de varias maneras:
Adaptando las herramientas de análisis web para que los datos que aporten se focalicen en un tipo de clientela más concreta.
Mediante mecanismos a través de los cuales, los clientes puedan reportar sus opiniones y proporcionar un feedback a la empresa.
Por el método de la observación directa, visitando al cliente y preguntándole lo que se quiera saber, además de ver el comportamiento que tiene.
Hacer escucha activa con los clientes a través de las redes sociales e intentar establecer un diálogo.
Crear los conocidos como focus group, es decir, reunir a clientes previamente seleccionados para poder conocer a fondo más detalles.
Analizar a las empresas competidoras haciendo uso de los datos que están disponibles en sus redes.
En definitiva, tanto el Big Data como el Small Data son procesos que ayudan a las empresas a manejar datos que pueden ser útiles para el desarrollo de su negocio. Sin embargo, el Small Data es cada vez más popular, debido a que ofrece información interesante dentro de un menor margen de datos, de manera más concreta, económica y pudiendo utilizar herramientas más sencillas.