En un interesante artículo para la Revista APD, Víctor Iglesias, Consejero Delegado de Ibercaja Banco, asegura que la velocidad e intensidad de los cambios provoca que ninguna compañía, por grande y consolidada que sea, pueda vivir al margen de la imperiosa necesidad de transformación de los modelos de negocio.
“Las nuevas coordenadas económicas, sociales y tecnológicas están impulsando un cambio de reglas del juego en prácticamente todos los sectores”. Así comienza el artículo publicado en el último número de la Revista APD de Víctor Iglesias, destacando además que “los patrones de compra han evolucionado de modo disruptivo. La comparabilidad y la exigencia son el denominador común del nuevo consumidor, que cada vez es más heterogéneo en su perfil (situación familiar, renta disponible, etc.) y, sobre todo, vive permanentemente conectado y dispone de mucha información de manera rápida y continua”.
En este sentido, según afirma Iglesias, “la tecnología está revolucionando los canales de información y comunicación de los clientes con las empresas y, a la par, los procesos productivos internos”. Las aplicaciones móviles, las redes sociales, la mensajería instantánea, etc., abren un nuevo mundo de oportunidades y de desafíos que obligan a replantear todas las estrategias de producción (industria 4.0) y marketing vigentes hasta hoy.
En opinión del Consejero Delegado de Ibercaja Banco, “para superar con garantías los retos de siempre, las respuestas a este nuevo entorno no son sencillas, ni sus resultados automáticos. Como en toda coyuntura de cambio, hay que experimentar para encontrar las fórmulas que contribuyan a llevar adelante con éxito la transformación”. Así, desde la entidad identifican 4 ejes transversales que resultan comunes para cualquier empresa de cualquier sector en las coordenadas presentes y en el porvenir inmediato:
-La agilidad en la respuesta al cliente que, “aguas arriba”, exige flexibilidad organizativa, delegación de atribuciones, coordinación entre áreas, rapidez en circuitos, etc.
-La conectividad plena, con todo lo que ello supone, fundamentalmente en cuanto a canales de relación con el cliente, pero también en circuitos y procesos tecnológicos internos.
-La calidad (en sentido amplio, incluyendo el trato y el asesoramiento) y el precio como factores clave en las decisiones de consumo, convirtiendo el equilibrio entre ambas variables y las estructuras de costes en una auténtica “cuadratura del círculo”.
-Las personas porque, a pesar de que la tecnología es el elemento motor de los cambios que estamos experimentando, la esencia de los negocios seguirá dependiendo siempre de la capacidad para analizar, decidir y ejecutar de los profesionales.
Finalmente, Víctor Iglesias cierra su artículo asegurando que “obviamente, el horizonte temporal de una transformación en los modelos de negocio de este calado es muy amplio. Por ello, un reto añadido consiste en hacer compatible (en recursos y objetivos) el cumplimiento de los planes operativos anuales y estratégicos plurianuales con los programas de transformación”.