La aplicación de la inteligencia artificial en la medicina es cada vez mayor, pues brinda muchas facilidades a la hora de supervisar a los pacientes de manera remota o gracias al diagnóstico por imagen, entre otras utilidades. De hecho, según un informe de 2016 de CB Insights, el 86 % de las organizaciones proveedoras de asistencia utilizan la inteligencia artificial (IA).
Asimismo, se espera que para 2025 haya sistemas de IA que puedan responder a cuestiones concretas de los pacientes y facilitar la gestión de la salud en la población mediante el uso de avatares digitales. Un uso que en la actualidad está restringido al ámbito académico, pero que se espera que dé mucho juego junto con la aplicación de la realidad aumentada.
Este tipo de tecnología está cada vez más a la orden del día. Gracias a la IA, es posible que las máquinas puedan evaluar y analizar datos para desarrollar tareas del mismo modo que las realiza un ser humano. Para ello, se utilizan técnicas como el machine o el deep learning. De esta manera se incorporan nuevos conocimientos que se procesan en base a los algoritmos diseñados.
El 86% de las organizaciones proveedoras de asistencia utilizan la inteligencia artificial (IA)
En el campo de la medicina, esta tecnología tiene una especial relevancia porque permite procesar y analizar datos médicos con los que mejorar la gestión sanitaria. Además, facilita la realización de diagnósticos y podría incluso mejorar los problemas de salud de los pacientes. Esto es posible gracias a la capacidad que ofrece la IA de detectar ciertos patrones de salud, lo cual resultaría muy útil para agilizar la solución de ciertos problemas médicos.
Con la IA se está provocando una disrupción del paradigma del sector desde diferentes perspectivas. Un claro ejemplo es el procesamiento de datos médicos. Gracias a su alta capacidad de procesamiento, es posible realizar diagnósticos médicos con mayor precisión y detectar patologías con pequeños márgenes de error.
La IA ya ha demostrado su utilidad en la comunidad científica y médica porque cuenta con ventajas y beneficios como los siguientes:
Con todo esto, es evidente que la inteligencia artificial en el campo de la salud ha llegado para quedarse. De hecho, las previsiones para el futuro apuntan a una mayor presencia de la asistencia robótica en ámbitos médicos como la cirugía. Aunque en la actualidad el factor humano todavía es imprescindible, el futuro de la medicina pasa por la indudable aplicación de la tecnología en sus procesos.
La IA puede aplicarse prácticamente en todos los campos de la medicina, pues es una herramienta de apoyo para el personal sanitario que complementa su trabajo y lo mejora. Para ilustrar todas las ventajas mencionadas que ya están presentes en este campo, a continuación algunos ejemplos de aplicaciones que tiene la IA en la medicina.
Una de las ventajas más importantes de la IA es la rapidez con la que puede procesar elevadas cantidades de datos. Esto es especialmente relevante a la hora de analizar diferentes pruebas médicas (resonancias, estudios genéticos…).
De hecho, gracias al aumento de registros electrónicos debido a la recopilación que se hace con sensores y dispositivos wearables, se dispone de una mayor cantidad de datos que, gracias a la IA, se pueden procesar y analizar.
Esta es otra de las aplicaciones más interesantes, pues se pueden analizar los datos para realizar diagnósticos certeros y precoces. Su utilidad en este aspecto está fuera de toda duda, sobre todo para enfermedades que se desarrollan muy rápido, como algunas patologías degenerativas o ciertos tipos de cáncer. Al identificarlos a tiempo, el tratamiento puede comenzar antes y parar su progresión.
Un claro ejemplo de la eficacia en este campo es su aplicación en los casos de cáncer de mama. Gracias a la inteligencia artificial se han desarrollado sistemas de detección precoz que permiten realizar mamografías eficaces en las etapas más tempranas de la enfermedad, así como mejorar la precisión de los radiólogos.
En el campo de la farmacología, la IA también ofrece numerosas ventajas, ya que facilita el trabajo de los investigadores a la hora de analizar las secuencias genéticas para hallar las vacunas o soluciones adecuadas para diferentes tecnologías. De forma indirecta se podría decir que a través de esta aplicación de la tecnología se han salvado millones de vidas.
Este es otro de los campos que, en el futuro, se va a ver más beneficiado por la aplicación de la IA. En la actualidad ya existen herramientas que así lo demuestran, como la aplicación móvil que a través de un sistema de reconocimiento facial permite detectar enfermedades raras y trastornos genéticos. Una simple fotografía es suficiente para que esta tecnología pueda procesar una base de datos de hasta 8000 enfermedades diferentes.
Gracias a la aplicación de la IA durante el embarazo, la visión del feto es mucho mayor. Esto permite, junto a un análisis pormenorizado de los datos, obtener cómodamente grandes cantidades de datos del estado del embarazo en tiempo real. Esta aplicación posibilita disfrutar de embarazos más seguros y prescindir de procedimientos invasivos para identificar malformaciones.
Las prótesis inteligentes son aquellas que aprenden de la persona que la lleva, de manera que se adapte mucho mejor a sus necesidades y movimientos. Se trata de apéndices mecánicos que no solo sustituyen a un miembro del cuerpo, sino que memorizan los patrones de movimiento de la persona y pueden ser controlados mediante una aplicación.
Todos estos ejemplos son solo algunas muestras de cómo la inteligencia artificial puede mejorar cualquier área de la medicina y la salud. Puede interpretar imágenes radiológicas, facilitar el descubrimiento de nuevos fármacos, analizar el genoma de un paciente… Pero también es de gran ayuda para optimizar los recursos sanitarios disponibles, ya que se pueden automatizar aquellas tareas que se repiten más.