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Entender cuáles son las causas de los conflictos laborales es el primer paso para poder solucionarlos. En muchas ocasiones se intenta trabajar sobre el conflicto en sí mismo, pero si no se erradica la causa, seguirán apareciendo problemas similares de manera habitual. Estas son las ocho causas más frecuentes por las que surge un conflicto laboral, según los psicólogos Art Bell y Brett Hart, acompañadas de las soluciones más efectivas.
Un conflicto no es necesariamente una discusión. Puede ser simplemente cierta incomodidad o un ambiente de trabajo poco estimulante. Sea como sea, incluso estos pequeños detalles van a ser responsables de una disminución en la productividad de los trabajadores.
Conocer las causas de los conflictos más frecuentes ayudará a cualquier empresa a frenarlos y a mejorar la comunicación entre los trabajadores. ¿Cuáles son?
Los conflictos de recursos aparecen cuando dos o más trabajadores necesitan utilizar las mismas herramientas para llevar a cabo su tarea. Es habitual que suceda, por ejemplo, con las salas de reuniones, los proyectores o el vehículo de la empresa.
Para evitar este tipo de situaciones es conveniente trabajar las habilidades de comunicación y negociación. De esta manera, y presentando abiertamente las razones por las que se necesitan estos recursos, los problemas disminuirán.
Cada trabajador tiene un estilo particular para desempeñar su labor, que dependerá tanto de su tarea concreta como de su personalidad. Cuando en un mismo equipo de trabajo coinciden empleados con estilos muy diferentes, es habitual que surjan los problemas.
La forma de no dar lugar a esta situación es conocer las características de cada trabajador, por ejemplo, a través de un test de personalidad, y asignar los diferentes roles teniendo esto en cuenta.
Al igual que sucedía con los estilos, cada trabajador tiene un punto de vista diferente sobre todo aquello que le rodea. Al tener percepciones diferentes es sencillo que se den interpretaciones distintas y puedan surgir conflictos.
Evitar esto es sencillo, y está muy relacionado con la manera de evitar conflictos de recursos. Simplemente es necesario trabajar la comunicación y proporcionar una información muy clara al equipo de trabajo.
Los conflictos de metas surgen cuando diferentes directivos indican distintos objetivos o metas. Si uno de ellos plantea disminuir los costes y otro, por su parte, aumentar las ventas, surgen los problemas entre los trabajadores.
Es fundamental que exista un objetivo claro y que así se transmita a los empleados. De esta manera el trabajo será más eficaz.
Este tipo de conflictos parte de los anteriores, pero sumando cierta urgencia. Cuando una fecha límite está próxima y, para terminar su trabajo, un empleado necesita de otro departamento que, en ese momento está ocupado en otra tarea, aparecen los conflictos de presiones.
La manera de solucionarlos es cambiando los plazos, pero se pueden evitar estableciendo prioridades de manera correcta.
En ocasiones se asignan tareas a los empleados que poco tienen que ver con sus responsabilidades habituales. En estas situaciones pueden sentir que esa tarea en cuestión debería ser desempeñada por otro compañero o incluso esos otros empleados sentir amenazado su rol profesional.
En estos casos es importante que haya una buena razón para escoger a ese empleado en cuestión para la tarea y ser muy claro a la hora de la asignación.
Cada persona cuenta con unos valores. Estos, en ocasiones, pueden entrar en conflicto con los de otros trabajadores e incluso con los de la propia empresa.
Es un tema muy delicado, porque la ética y los valores deben respetarse siempre. Esto hace que la manera de solucionar este problema se remonte al momento de la contratación. Una buena selección de personal será clave.
La forma de evitar la generación de un conflicto de este tipo es que el líder del equipo conozca la ética de cada uno de sus trabajadores
En caso de que la selección ya se haya realizado, la forma de evitar la generación de un conflicto de este tipo es que el líder del equipo conozca la ética de cada uno de sus trabajadores y evite asignarles tareas con las que no se sientan cómodos.
Una empresa debe contar con políticas muy claras, comprensibles y constantes. Es decir, esas políticas deben ser las mismas en cualquier momento y para todos los empleados, y ellos deben comprenderlas a la perfección.
Esto no significa que no puedan cambiar, puesto que todo negocio evoluciona, sino que en caso de hacerlo debe comunicarse de forma clara y efectiva. De esta manera se evitarán situaciones incómodas y desagradables.
En definitiva, los conflictos laborales son más frecuentes de lo que les gustaría tanto a trabajadores como a directivos, pero la mayoría de los conflictos se pueden evitar siguiendo unas pautas. Conociendo estas ocho causas y actuando en consecuencia, una empresa puede aumentar su productividad a la vez que facilita el trabajo de sus empleados.