El cambio hacia una mayor sostenibilidad corporativa ha dejado de ser una opción y se ha convertido en una obligación para las empresas que operan en Europa. La nueva Directiva Europea sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) supone un cambio significativo en la forma en la que las organizaciones deberán abordar y reportar su impacto en el medio ambiente, la sociedad y el gobierno corporativo. Para cumplir con esta directiva, las empresas deberán ser proactivas, más transparentes y estar preparadas para integrar estos requisitos en su estrategia empresarial a largo plazo.
¿Qué es la CSRD y por qué es importante?
La CSRD reemplaza la anterior Directiva sobre la divulgación de información no financiera (NFRD), y amplía sustancialmente el alcance, la precisión y la verificación de la información que las empresas deben proporcionar sobre su impacto en la sostenibilidad. En España, muchas empresas ya estaban alcanzadas por la Ley 11/2018, por lo que las nuevas disposiciones refuerzan y amplían los requisitos sobre los que ya se está informando en los Estados de Información No Financiera (EINF), asegurando una mayor alineación a nivel europeo.
Para cumplir con la CSRD es obligatorio la implementación de los European Sustainability Reporting Standards (ESRS). Estos estándares se componen de:
- Dos estándares transversales (ESRS 1 y ESRS 2)
- Diez estándares temáticos organizados en tres bloques (medioambientales E1, E2, E3, E4 y E5, sociales S1, S2, S3 y S4 y de gobernanza G1)
- Estándares sectoriales, adaptados a las realidades de diferentes industrias.
Mientras que los estándares transversales son de aplicación para todas las empresas, ya que sientan la base de qué información hay que reportar y cómo, los estándares temáticos están sujetos a materialidad.
Los ESRS hacen un gran énfasis en los Impactos, Riesgos y Oportunidades (IRO) relacionados con temas de sostenibilidad. Las empresas están obligadas a identificar, evaluar y reportar cómo los IRO afectan a sus operaciones, entorno y grupos de interés.
- Impactos: impactos reales o potenciales, positivos o negativos, que las actividades de la empresa tienen en la sostenibilidad ambiental y social. Este análisis obliga a las organizaciones a identificar e informar cómo se ven afectadas y cómo sus actividades impactan a terceros en la cadena de valor.
- Riesgos: riesgos climáticos, sociales y de gobernanza que podrían afectar a la sostenibilidad de la empresa a lo largo del tiempo. Esto incluye tanto riesgos físicos como los derivados de la transición hacia una economía más verde.
- Oportunidades: oportunidades derivadas de una gestión más sostenible, como la innovación en productos o la mejora de la eficiencia operativa. Esto puede generar ventajas competitivas significativas, además de mejorar la atracción de inversores responsables.
De la evaluación de los IRO mediante criterios de escala, alcance y carácter irremediable para los impactos, y criterios financieros para los riesgos y oportunidades, resultan la “materialidad de impacto” (Impactos) y la “materialidad financiera” (Riesgos y Oportunidades). Esta unión, que puede representarse con una matriz, es lo que llamamos “Doble Materialidad” que, además de ser requerida por la CSRD, determinará los ESRS temáticos sobre los que se deberá reportar en el Estado de Sostenibilidad.
¿Cómo prepararse para cumplir con la CSRD?
Cumplir con la CSRD requiere de un enfoque estructurado y estratégico. Algunos pasos clave incluyen:
- Analizar la estructura organizacional: el proceso se inicia con la determinación de qué entidades están alcanzadas y cómo y cuándo se debe recopilar y reportar el Estado de Sostenibilidad (que se debe presentar junto con el informe de gestión y las cuentas anuales, con el correspondiente informe de verificación). Este análisis inicial asegurará una adecuada asignación de responsabilidades y recursos.
- Realizar el análisis de doble materialidad: este es un paso es obligatorio y fundamental para cumplir con la CSRD. Las empresas deben analizar cómo las cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza impactan en el negocio y cómo las actividades de la empresa afectan al entorno y la sociedad. Este análisis, que deriva de la evaluación de los IRO, permite identificar los temas materiales (relevantes) – y, por tanto, los ESRS – que deberán incluirse en el Estado de Sostenibilidad.
- Fortalecer la gobernanza de sostenibilidad: La sostenibilidad debe estar integrada a nivel de junta directiva. Establecer comités o responsables de sostenibilidad permitirá una supervisión más efectiva de los temas sobre los que hay que reportar y alineará la toma de decisiones con los objetivos de la empresa.
- Inversión en tecnología y sistemas de datos: Las empresas necesitarán herramientas tecnológicas para gestionar los grandes volúmenes de datos de sostenibilidad, garantizando la precisión en el reporting y la verificación. Esto también facilitará cumplir con los requisitos de transparencia y auditoría externa de la CSRD.
- Formación interna: Es clave formar a empleados que van a participar en el proceso de adecuación a la CSRD y reporting del Estado de Sostenibilidad, así como a los directivos, sobre los nuevos requisitos y la importancia de la sostenibilidad en su contexto operativo. Esto garantizará que todos los niveles de la organización comprendan la relevancia de la nueva directiva y el rol de cada uno en el cumplimiento.
¿Cuándo se debe iniciar el proceso de adecuación?
Todas las empresas que deban elaborar su primer informe CSRD para el ejercicio 2025 deberían empezar ahora para tener la doble materialidad hecha y disponer de los proyectos y sistemas necesarios para la recopilación de información a partir de enero de 2025.
La CSRD no solo transformará los informes en contenido y forma, sino que permitirá a las propias empresas y sus grupos de interés comprender mejor sus impactos, riesgos y oportunidades derivados de la gestión de la sostenibilidad (y en especial del cambio climático), impulsando la transparencia en línea con los desafíos ambientales y sociales actuales.