La transparencia en las empresas genera confianza en todos los actores que, directa o indirectamente, se relacionan con las mismas. Tanto los propios empleados, como los clientes y los colaboradores, así como los accionistas y la sociedad en general se sienten más vinculados a las organizaciones transparentes. De ahí la importancia de promover políticas de transparencia empresarial, un valor esencial para hacer de la sostenibilidad corporativa una realidad.
La transparencia empresarial se refiere a la posibilidad de que los sujetos implicados en una empresa o gobierno puedan acceder a toda la información relacionada con la organización que integran. A partir de este conocimiento, los equipos de trabajo, los clientes y los colaboradores e inversores obtienen una visión global del estado de la empresa, se genera un clima de confianza y se facilita la toma de decisiones.
Con la finalidad de combatir situaciones de corrupción y de velar por la ética empresarial, es fundamental que las empresas implementen políticas de transparencia nutridas de la comunicación externa e interna. Y ante todo, la premisa es que sus acciones suscriban sus palabras. Este es un requisito clave para crear entidades comprometidas con la integridad empresarial y procurar una economía basada en la certidumbre.
La transparencia corporativa no puede imponerse, ha de ser una filosofía de empresa y un estilo de liderazgo para que cale globalmente. Exige, por lo tanto, un compromiso permanente con la apertura, la comunicación y la autenticidad.
Tal y como señalan los expertos de Bové Montero, las empresas deben actuar siempre con transparencia, y “realizar auditorías externas que ofrecen una mayor certeza sobre los datos reportados y la calidad de los mismos para evitar que haya una desconexión entre lo que una empresa dice y lo que hace».
Así, se debe concretar en una estrategia tripartita, basada en la comunicación:
No se puede contar todo siempre, pero hay que transmitir cualquier hecho significativo, sea positivo o negativo. Solo así se erradican las incertidumbres paralizadoras y se optimiza el clima laboral.
Ha de mantenerse una firme unidad de criterio y de acción entre las comunicaciones interiores y exteriores. Hay que potenciar la sinceridad y mostrar una única cara.
Es un valor imprescindible. Cuando no hay nada que esconder, las personas del entorno perciben la honestidad y la aprecian.
Estudios científicos han demostrado que la transparencia ofrece a las empresas numerosas, y variadas, ventajas. Una suma de ventajas por las que la transparencia de las empresas es un valor tan importante en la estrategia de responsabilidad social empresarial (RSE).
A continuación señalamos los 10 principales beneficios de aplicar políticas de transparencia en las organizaciones, las cuales influyen tanto en los trabajadores como en los clientes potenciales y reales, a la vez que dan paso a organizaciones más sólidas, atractivas y estables.
Los productos son prácticamente indistinguibles. No así las emociones, los sentimientos y las experiencias que proporcionan. La fidelidad de los clientes es un activo esencial para cualquier marca. Pero solo los firmes lazos emocionales, más allá de los aspectos objetivos como los precios, las características técnicas y los formatos, aseguran dicha lealtad. Sin duda, las personas se sienten más conectadas cuando la transparencia es un valor.
Como aseguran desde Bové Montero, «la transparencia mejora la imagen y la reputación de la empresa, e incrementa la lealtad de clientes y empleados, que se sienten más identificados con los valores y la misión de la empresa».
Las empresas que apuestan por políticas transparentes son más competitivas. Diferentes estudios asocian la competitividad de los países a sus mayores niveles de transparencia. Un aspecto es indiscutible: ser transparente es una ventaja competitiva que valoran por igual los clientes y los empleados.
Ser feliz en el trabajo es un deseo de todos… y un privilegio de algunos. Quienes lo disfrutan se sienten más satisfechos, motivados y comprometidos con la organización. Esto los hace mucho más creativos, productivos y valiosos para sus empresas. Además, este ambiente es contagioso y permanentemente sinérgico.
Las personas marcan las diferencias en las empresas. Por eso es tan importante reclutar talento. Ese excelente ambiente ya mencionado es un imán, y un gancho, para los mejores. Los expertos de Bové Montero lo tienen claro: «una organización donde la sostenibilidad y la transparencia están incrustadas en la promoción de una cultura corporativa, es una gran herramienta para atraer y retener a los trabajadores», aseguran.
No es suficiente sonar bien, es imprescindible serlo realmente. Una vez dentro de la empresa transparente, los buenos empleados se sienten tan a gusto que les resulta mucho más difícil decidir cambiar de aires.
Solo si todos los trabajadores conocen y comparten los objetivos corporativos, el grupo puede enfocarse hacia ellos de un modo más productivo. La transparencia ayuda a las empresas a cumplir metas.
Las personas imaginan a partir de la memoria. Es decir, cuanta más información poseen, mejores conexiones generan sus mentes. Cuando la comunicación es sincera, la creatividad aumenta.
No es necesario imponerlas, se comparten y asumen con naturalidad, en un entorno más ético y contrario a la corrupción.
Esta apertura global permite detectar los errores mucho antes, evitando el riesgo de fallos graves y minimizando sus efectos.
En el caso de producirse un problema técnico o que afecte a la imagen de la empresa, recuperar la reputación es mucho más sencillo en entornos transparentes. La implicación y la capacitación compartidas favorecen la toma acertada de las decisiones.
Sin lugar a dudas, aplicar políticas de transparencia corporativa ha dejado de ser una opción para las compañías de éxito. Es una exigencia que debe nacer desde dentro y su importancia radica en valores como la honestidad, comunicación y la confianza entre los miembros que forman una organización.