Hoy quiero hablarte de uno de los sesgos que más debes vigilar a la hora de gestionar tu compañía, porque puede estar influyendo de manera muy habitual e inconsciente en tus decisiones. Me refiero al sesgo del «Efecto del falso consenso», que, en síntesis, se refiere a la tendencia a sobreestimar los apoyos que tiene una idea, un comportamiento o una decisión.
Todos queremos sentirnos apoyados y reconocidos en nuestras ideas y propuestas -sobre todo si eres CEO-, y por este motivo es normal aspirar a que éstas sean compartidas por quienes nos rodean. El problema es dejarnos llevar por el refuerzo que esta aceptación puede suponer para nuestras decisiones. Es verdad que se maximiza la confianza en uno mismo porque todos están predispuestos a aceptar tu visión. ¿Pero esto sucede por convencimiento, porque tienes la autoridad moral, o porque tus directivos no tienen más remedio que hacerlo? Si no es por lo primero, es decir, porque de verdad están convencidos de tu decisión, ¿no es peligroso a la larga para la empresa?
Dicen que este sesgo está detrás de grandes catástrofes empresariales como la caída de Kodak, que no consiguió interiorizar las tendencias del mercado, pese a tener en un cajón las patentes de la fotografía digital. Y debido a lo mucho que se ha hablado y escrito sobre este caso tan paradigmático -quizás de los más sonados, junto al de Blockbuster-, son varias las empresas de Silicon Valley que dicen tomar las grandes decisiones por votación, implicando a capas cada vez más amplias de sus organizaciones. El objetivo no es otro que combatir los efectos perversos de este sesgo. De hecho, suele aplicarse en decisiones cuya complejidad supera la capacidad de quienes las promueven.
Soluciones hay muchas y muy creativas. Lo verdaderamente importante es ser consciente del sesgo. ¿Te ha ocurrido alguna vez? ¿Has llegado a pensar en este sesgo como una barrera o una distorsión para la evolución de tu empresa? ¿Crees que muchas veces tus decisiones se aceptan con entusiasmo sólo porque eres el CEO?
